Publicado en: «Marie Claire» (27.10.2008)
Obama viste bien. Así lo acreditaba la revista Esquire, que le calificaba como uno de los hombres mejor vestidos del planeta. Pero lo que realmente me llama la atención es cómo viste (y usa) sus impecables y omnipresentes camisas blancas, sólo sustituidas ocasionalmente en verano o en el reciente viaje a Hawai. Nada hay más básico y previsible que una camisa blanca… pero Obama las viste con el estilo adecuado para cada ocasión en las cuatro opciones posibles: con y sin corbata, con y sin chaqueta. Y nunca tienes la sensación de repetición o sobre exposición. Está trabajando un icono estético como parte de su estrategia de comunicación. Su look es parte de su política. Obama quiere conectarse emocional y estéticamente con los Kennedy y, en particular, con Bob Kennedy, del que el pasado mes de junio hemos recordado el 40 aniversario de su asesinato. Bob se arremangaba los puños y las mangas de sus camisas (siempre blancas, también) con la misma soltura y desenfado con que lo hace Obama. Las similitudes van más allá del vestuario. La capacidad de comunicación, la fascinación del público que le rodeaba, la alegría desbordada e ilusionada de las personas (de todas las razas y condición) por saludarle, por tocarle, la sonrisa permanente que le iluminaba la cara… Las fotografías de hace cuarenta años reflejan la misma emoción del momento histórico que las miles de imágenes que Obama nos ha ofrecido a lo largo de esta apasionante campaña de primarias y presidenciales.
Obama es consciente de la importancia de la moda, del estilo en el vestuario. Y de la capacidad de seducir con formas y arquetipos estéticos y culturales que conecten con la mayoría social que quiere representar. Para ello se ha rodeado de expertos, de asesores y también de iconos del star-system, de hombres que son reconocidos por su arte y por su atractivo, también. El diario The Mail on Sunday llegó a afirmar, por ejemplo, que el actor George Clooney (el que mantiene la posición número uno del mundo como el más elegante y sexy) era uno de sus asesores de imagen y que le había aconsejado en lo referente al lenguaje corporal en actos públicos, incluso que le ofrecía algunas ideas políticas que le hacía llegar por mail o sms. La noticia fue matizada y desmentida por lo que se refiere a esas ideas…, pero más o menos aceptada por lo que se refiere a los «consejos de imagen».
He escrito muchas veces que los electores valoran el buen gusto y la idoneidad en el vestuario de nuestros políticos, así como el cuidado en el aspecto físico. Nadie quiere ser representado por quien desprecie el cuidado personal y la imagen pública. Cuidarse y vestirse con estilo es la manera más respetuosa de ofrecer dos mensajes al elector: te represento y me cuido (mi imagen es la tuya); y represento a mi país (o a mi ciudad, o a mi comunidad) y compito con otras imágenes, por ello también cuido mi aspecto. La neuropolítica nos indica que la belleza (el atractivo global, el estilo…) forma parte de las decisiones de los electores. La simpatía y la sonrisa con claves para el éxito político y electoral.
Obama es también una marca… de moda. En la reciente pasarela de moda de Paris, el diseñador Jean-Charles de Castelbajac sorprendió con un vestido amarillo canario con una imagen del rostro de Obama y dos guantes negros con las palabras «yes» y «no», como alegoría del duelo democrático. Pero nada comparable a la participación de 27 diseñadores como Diane von Furstenberg, Derek Lam o Vera Wang que han aceptado diseñar una colección de ropa y complementos como parte de los innumerables apoyos que el candidato ha recibido de artistas, músicos y actores. También Donatella Versace ha anunciado que su colección de 2009 se inspirará en el candidato demócrata.
Tom Ford, el diseñador tejano que fuera el alma mater de Gucci y de YSL, y que ahora dirige su propia marca global, dice que los trajes no le sientan suficientemente bien a Obama…, pero que lleva las camisas como nadie.
En el último debate televisado, y hablando sobre energía, McCain se refirió -con desprecio- a Obama como «ese». Pero ese Obama marcará la historia, seguramente, para sorpresa de todo el mundo si obtiene la presidencia. De momento, está marcando «este» estilo, y con él, conseguirá el mejor atajo para lo memorable.
Foto AFP (28.09.2008. El País)