En alemán, los términos ‘deuda’ y ‘culpa’ comparten la misma palabra: schuld. No es una casualidad menor. Es una manera de entender la vida. Si estás en deuda, es que quizás cometiste un error y eres culpable. Así habla Merkel. No es de extrañar que piense así. La neuropolítica y la neurolingüística acreditan que pensamos como hablamos. Y que el lenguaje es la condición básica del ser humano.
Angela Merkel, hija del pastor luterano Horst Kasner —que murió el año pasado—, presidenta del partido alemán Unión Demócrata Cristiana desde 2000 y canciller de la República Federal de Alemania desde 2005, es la primera mujer en asumir la jefatura de Gobierno. Y la más poderosa del mundo, según el ranking de la revista Forbes. Para Angela no hay redención sin esfuerzo. Y nada que valga la pena sale gratis, ni es ajeno al rigor y al sacrificio. Su sentido severo de la vida, lo aplica en la política. Actúa como es, gobierna como fue educada. Quizás si, en su conjunto, tuviéramos un mejor conocimiento de la cultura religiosa de nuestros líderes, tendríamos un cuadro más completo de sus intenciones más íntimas.
Merkel es paciente en las relaciones humanas, contenida en las emociones y tan discreta y práctica en el vestuario que no le importa repetir constantemente (cada día) la prenda que mejor le queda: chaqueta de colores diversos y grandes botones. En la anterior campaña, desarrolló un estilo nuevo y sugerente, tomando la iniciativa. Obsesionada, quizás, por mostrar su personalidad sin necesidad de exhibirse, sorprendió a todos con una campaña personalizada en la que destacó la elección del cariñoso y popular Angie como su marca personal… y política. Merkel quería ser Angie, pero ha acabado como Merkozy, definitivamente.
La canciller ha invitado a Mariano Rajoy a dar un paseo en barco en Chicago, para analizar la crisis del euro y la deuda. Una oferta casi tan simbólica como las oportunas y paliativas declaraciones de Obama en la última cumbre del G8: «Si hay problemas en Madrid, hay problemas en Milwaukee». El mensaje es claro: estamos en el mismo barco; compartimos el mismo destino.
En Chicago, Rajoy participa en la cumbre de la OTAN y ha reiterado que el «pacto de Estado» entre las comunidades autónomas y el Gobierno para reducir el déficit es «el hito más importante de esta legislatura». «Ya sabemos dónde estamos. A partir de ahí vamos a empezar a construir», ha afirmado. Sorprende, y tranquiliza a la vez, que el presidente del Ejecutivo, después de más 100 días de su Gobierno, sepa dónde está.
Rajoy parece que ha tomado una opción (que no sabemos si es recíproca): entre Merkel y Hollande, opta por la germánica. Pasea con la primera y critica al segundo. «No será necesario un rescate» aseguró Rajoy para cuestionar las palabras del presidente francés: «el señor Hollande no sabe cómo están los bancos españoles». Quizás sí que lo sabe Merkel. El tiempo apremia. Veremos cómo responde la bolsa y la prima de riesgo el lunes.
No sé si Rajoy tendrá tiempo de ver en Chicago una de las obras más importantes del escultor Jaume Plensa en el nuevo Millennium Park. Se trata de la Crown Fontaine, una intervención en la que el artista realiza, a la vez, una plaza, una fuente y un punto de encuentro. La escultura digital se construye con caras de ciudadanos anónimos de la ciudad. De la boca de estos gigantescos y luminosos rostros surge también, de forma intermitente, un chorro de agua, con lo que las imágenes animadas se transforman en gárgolas. Una metáfora llena de simbolismo político. Le haría pensar.
Ahora que estamos con el agua hasta el cuello, en Chicago los líderes van en barco. Y los ciudadanos anónimos escupen agua. Todo un signo de los tiempos.
Publicado en: El País (20.05.2012) (blog ‘Micropolítica‘)
Fotografía: Sandhya Ratnam para Unsplash
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En el mismo barco tal vez, pero unos viajan en primera y otros van de polizones…. 😉
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@antonigr ha hecho un artículo http://t.co/YeAk0Jqc sobre Merkel que va muy en la línea del que escribí la semana pasada
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[…] mínimo, sorprendente. Y significativo de una manera de entender el gobierno y el país. Rajoy, que ha paseado con Angela Merkel en barco en Chicago, no se ha subido a las golondrinas del puerto de Barcelona, consolidado como el más importante de […]
[…] conoce muy bien el valor exacto de los compromisos y las palabras. En alemán, los términos ‘deuda’ y ‘culpa’ comparten la misma palabra: schuld. No es una casualidad menor. Es una manera de entender la vida. […]
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Merkel (y la prensa) citan a Rajoy en Berlín. Mi opinión en @laSextaTV
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Mañana Rajoy con Merkel. Cumbre y "rueda de prensa". http://t.co/iPaXAbUx Hace casi un año “iban en el mismo barco” http://t.co/aMo2O8qA
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[…] desafío electoral que decidirá su futuro, el de Alemania y el de Europa. También, seguramente, el de España. Paradójicamente, su reto con la reelección lo inicia desde el reencuentro con la historia –la […]