Rajoy y Barcelona

Publicado en: El País (2.06.2012) (blog ‘Micropolítica‘)

Han pasado ya casi seis meses desde que Mariano Rajoy fue investido presidente del Gobierno. Y todavía no ha encontrado un momentito en su agenda para visitar oficialmente Barcelona, si descontamos una única entrevista, protocolaria y relámpago, el pasado 3 de mayo de 2012 con el presidente del Banco Central Europeo, con motivo de la reunión de dicha entidad en la ciudad condal. Encuentro al que siguió la cena de homenaje, con la asistencia, también, del presidente de la Generalitat.

Rajoy ha estado, como presidente del gobierno, sólo en Santiago de Compostela, Palma de Mallorca y Cádiz, según me informa atentamente Consuelo Sánchez-Vicente, Directora General de Comunicación, que depende de la secretaria de Estado, Carmen Martínez Castro, quien recientemente ha hecho unas reveladoras y sinceras declaraciones sobre los problemas de comunicación del gobierno. Aunque en calidad de presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy ha asistido, además, al Congreso Nacional del PP en Sevilla y a la clausura del congreso del PP en el País Vasco.

La poca movilidad del presidente y, en especial, su no presencia –continuada, regular, normalizada- en Barcelona es, como mínimo, sorprendente. Y significativo de una manera de entender el gobierno y el país. Rajoy, que ha paseado con Angela Merkel en barco en Chicago, no se ha subido a las golondrinas del puerto de Barcelona, consolidado como el más importante de Europa y el quinto del mundo por el volumen de cruceros. Por ejemplo.

¿Se imaginan a un presidente norteamericano, italiano, alemán o australiano, entre otros, que en el primer medio año de mandato no hubiera visitado New York, Milán, Frankfurt o Sidney? Pues esto es lo que le ha pasado a Rajoy. Podrá argumentar, que no justificar, que la intensidad de la crisis y los desafíos a los que nos enfrentamos le obligan a encerrarse en La Moncloa, con su equipo, con sus papeles…o que, cuando necesita hablar con algunos líderes catalanes, como los de CiU, les puede llamar al palacio sin problemas.

Rajoy no ha visitado oficialmente Barcelona, la otra capital de España, pero sí que ha recibido al alcalde, Xavier Trias, esta misma semana para hablar de las inversiones del Estado y de la apuesta del gobierno por el corredor mediterráneo como prioridad estratégica de las infraestructuras. Lo relevante no es sólo cómo atiende y comprende la realidad española y las demandas y necesidades de sus ciudades y territorios, sino cómo quiere gobernar y desde dónde. La gobernabilidad centralizada o descentralizada. Radial o en red. Encerrada entre muros o abierta extra muros.

Y no es únicamente un tema de gobernabilidad sino de comprender que nuestras principales ciudades, y sus entornos metropolitanos, son clave y estratégicos para salir de la crisis y, sobre todo, para ensayar nuevos modelos de desarrollo económico que hibriden innovación, conocimiento y emprendimiento profesional con ciudadanía y con nuevos contratos sociales. Estamos hablando de las ciudades de la nueva economía. El futuro de España será el futuro de nuestras grandes áreas metropolitanas. Tanto en lo económico como en lo social. Nos la jugamos en nuestras calles, barrios y plazas.

Rajoy hoy sí que está en Catalunya, muy cerca de Barcelona. Clausura las relevantes jornadas del Círculo de Economía de Sitges. Josep Piqué planteará al presidente la necesidad de un pacto entre PP y PSOE para dar una imagen de unidad al exterior. Veremos cuál es su respuesta. Espero que Barcelona (como Sevilla, Valencia, Bilbao o Vigo) no sea sólo un escenario para la inauguración electoral, la visita protocolaria o la declaración mediática en función de la agenda. Necesitamos una profunda descentralización de la práctica política del Estado y del gobierno como actitud imprescindible para entender mejor a éste, a nuestros territorios y a nuestros problemas.

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