Este texto es una contribución a la campaña Blog Action Day.
¡Felicidades a Al Gore y al Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), presidido por el científico Rajendra K. Pachauri!
«Cool Biz» es una medida impulsada en 2005 (que tuvo su segunda edición en junio de 2006 de la mano del primer ministro japonés Junichiro Koizumi), con el objetivo de ahorrar energía y contribuir al cumplimiento del Protocolo de Kioto sobre el cambio climático. De acuerdo con éste, Japón está obligado a reducir los gases contaminantes en un 6% hasta el año 2012.
La expresión «Cool Biz» («Kuuru-bizu») hace referencia a las palabras inglesas «cool» (fresco/desenfadado/moderno…) y «business» (negocios) y va ganando adeptos con el paso del tiempo.
Así podíamos ver a altos cargos políticos japoneses prescindiendo de trajes y corbatas, con la finalidad de mantener los aparatos de aire acondicionado a una temperatura estable, para reducir las emisiones de gas que contribuyen al efecto invernadero. Con el eslogan «Sin corbata, sin chaqueta» se invitaba a los funcionarios nipones a cambiar su vestuario durante el período estival (hasta el 30 de septiembre), por unas prendas más ligeras y frescas. Una medida que no ha estado exenta de críticas (incluso dentro del partido de gobierno, el Partido Liberal Democrático), como la de Shizuka Kamei que señalaba que «esa apariencia no nos queda bien a los políticos».
Esta invitación a los funcionarios japoneses nada tiene que ver con la prohibición del gobierno americano de George Bush, desde el pasado mes de julio, de usar pantalón corto, vaquero, camisetas (de manga corta o tirantes), zapatillas deportivas o chancletas (las denominadas «flip-flops» por su ruido característico al andar) en las dependencias de la Casa Blanca. Una normativa que afecta tanto a los empleados como a los visitantes y que pretende recuperar, a base de restricciones, un ambiente de decoro y formalidad que, según algunos trabajadores, empezó a cambiar en la etapa en la que Clinton era presidente. El tema de las «flip-flops» ha dado mucho juego y está por ver si, en 2008, después de las elecciones presidenciales, la normativa se mantiene o bien se introducen nuevos aires.
En cualquier caso, la apariencia en el caso de los políticos, su informalidad en el vestuario, es un tema recurrente desde el punto de vista de la comunicación política. Podríamos afirmar que en este contexto, el hábito sí hace al político. Recordemos la famosa «chompa» del presidente Evo Morales en su visita a Europa o la imagen de la Ministra Carmen Chacón, recibiendo a la delegación de la Asamblea Nacional Popular China en pantalones vaqueros.
Quizá, en un futuro, en vez de polemizar sobre las «flip-flops», los simpatizantes de uno u otro partido podrán promocionar con su uso las zapatillas con las caras de nuestros políticos. Una iniciativa curiosa de la mano de un diseñador vitoriano que pone los políticos a los pies de los ciudadanos.