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Libros políticos

Publicado en: Dosdoce Revista Cultural (14.01.08)

«El mundo no es humano por el simple hecho de estar hecho por humanos, y no se vuelve más humano por el simple hecho de que la voz humana resuene en él, sino sólo cuando se ha convertido en objeto del discurso…». Hannah Arendt

Las recientes eleccciones presidenciales francesas, las apasionantes primarias norteamericanas y el contexto electoral español, por poner sólo tres ejemplos, han inundado las estanterías y los reportajes periodísticos de libros políticos, de políticos y para hacer política.

No pretendo hacer una taxonomía de toda la diversidad de títulos, enfoques y materias de tal profusión editorial. Me limitaré a hacer un recorrido, muy personal, por algunos libros, agrupados y clasificados por tipologías, con la pretensión (¿ambiciosa, desmedida?) de reflexionar sobre el porqué de que «la política y el libro» tengan tanto de dependiente. Sobre los grandes usos que los políticos y/o la política hace de determinadas obras. ¿Por qué no podemos pensar en política (ni hacerla), sin los libros? Decía John Fitzgerald Kennedy: «Si hubiera más políticos que supieran de poesía, y más poetas que entendieran de política,el mundo sería un lugar un poco mejor para vivir en él.»

Aquí va mi recorrido personal por esta clasificación:
1. Históricos
2. De cabecera
3. De discursos políticos
4. De campaña
5. Biográficos
6. De memorias
7. De spin doctors
8. Epílogo

1. Libros históricos. Quizás es bueno recordar, aquí, que la política del siglo XX ha girado alrededor de tres o cuatro grandes libros, en términos históricos.

Entre ellos, y de manera singular, está «El Libro Rojo de Mao«, publicado desde abril de 1964. En él, se recogen citas y discursos pronunciados por Mao Zedong, presidente del Partido Comunista de China. Desde su publicación se han impreso más de 900 millones de ejemplares, por lo que sería el segundo libro más publicado de la historia, sólo por detrás de la Biblia.

También se ha derramado mucha sangre por «Mein Kampf» de Adolf Hitler. El libro fue publicado inicialmente en dos tomos, aunque la versión más conocida es en un solo volúmen. El primer tomo apareció en 1925, se titula «Retrospección«. El segundo, aparecido en 1928, se titula «Movimiento Nacionalsocialista«.

Y, finalmente, «El Capital» de Karl Marx. Con un solo libro (no publicó nunca ningún libro más) Marx ha marcado la historia del siglo XX. El texto original es de 1867. Aunque su popularidad e influencia tiene que ver -y mucho- con las ediciones de 1885 y 1894, que fueron obra, a partir de los manuscritos de Marx, de su amigo y colaborador Friedrich Engels.

2. Libros de cabecera. Saber qué leen leen nuestros dirigentes políticos siempre ha sido fuente de especulación y enorme interés periodístico. Zapatero popularizó en España a Philip Pettit y su «Republicanismo. Una teoría sobre la libertad y el gobierno
Pettit profesor de Teoría Social y Política en la Research School of Social Sciences de la Australian National University, en Canberra, y de Filosofía en la Columbia University de Nueva York, fue «descubierto» por la clase política española gracias a la influencia que tenía sobre el presidente y sobre sus primeras decisiones políticas.

El libro desarrolla un nuevo concepto de democracia, según el cual el Estado debe exponer continuamente sus decisiones al debate ciudadano, como la consiguiente visión de las relaciones entre el Estado y una sociedad civil basada en las virtudes cívicas y la confianza mutua. Razón por la cual, quizás, Pettit fue recibido por el presidente, encargándole una auditoría política de la acción gubernamental, hacia el final de la legislatura, que ha sido entregada hace unos pocos meses. Zapatero, según Pettit, ha aprobado. Pero el examen final será el 9 de marzo.

No sabemos si el hiperactivismo de Sarkozy le permite conseguir tiempo para leer (se jacta incluso de no leer ni los libros que se escriben sobre él). Pero sí que sabemos qué quieren algunos influyentes escritores que lea, en un invento «de serenar la actividad del presidente». Están convencidos que la influencia literaria en la alcoba, aunque ese espacio privado parece muy concurrido y competitivo, es fundamental para el destino de Francia.

En el blog Cher Monsieur le Président, cada 15 días, un escritor recomienda una obra literaria al presidente y pretende acompañarle durante los cinco años de su mandato. «Señor presidente, leyendo no se pierde el tiempo, se gana», le escribe, por ejemplo, Anne-Marie Garat. El blog se ha convertido en una referencia imprescindible para la lectura política.

3. Libros de discursos políticos. Santos Juliá escribió en el 2000 un artículo imprescindible titulado «Con un discurso, secretario general», donde analizaba por qué las palabras de Zapatero se habían impuesto a José Bono (el favorito), Rosa Díez y Matilde Fernández en las primarias del PSOE para elegir un nuevo líder después del descalabro electoral del 2000 y de la dimisión de Joaquín Almunia. Es cierto. Las palabras pueden hacer historia. Los políticos están convencidos que sus discursos son determinantes. Y lo son. Sarkozy le debe sus mejores piezas y citas a la pluma de su consejero Henri Guaino, tanto cuando recurre a Jean Jaurès o Léon Blum como cuando rememora a Baudelaire y Verlaine.  El presidente quizás pueda vivir (y gobernar sin leer) pero no puede liderar sin discurso/s.

El interés de la opinión pública por los discursos que han marcado nuestra historia se hace palpable en dos casos concretos: La reciente colección lanzada por el diario El Mundo, bajo el título «Las voces de la democracia. Así hablan los grandes políticos«. Una recopilación de discursos que van desde Kennedy, a Mandela, Gandhi, Cicerón o Golda Meir, por poner algunos ejemplos. Y el sugerente libro «Palabras que cambiaron el mundo. 50 discursos que han hecho historia«. Una colección de discursos que, en palabras de Simon Sebag Montefiore (prólogo) «no sólo reflejan la verdad de una época; también peden reflejar una gran mentira».

Pero todos dicen que han leído a los clásicos romanos, los discursos y tratados de retórica de Marco Antonio Cicerón, la Instituto Oratoria de Quintiliano, a Catón, Escipión, o los hermanos Graco… También ha tenido bastante fortuna el Breviario de campaña electoral de Quinto Tulio Cicerón. Como en tantas cosas, 2.000 años no son nada para la comprensión de la naturaleza humana y sus pulsiones y motivaciones.

Pero el subgénero de discursos políticos es una de las auténticas obsesiones de la política española. Las referencias a Manuel Azaña son  constantes. El tiempo en que los intelectuales, precisamentre por la razón de serlo, eran los candidatos más idóneos para la acción política, ha sido superado por un parlamentarismo bastante zafio y vulgar fruto de los méritos orgánicos. El nivel de calidad de la oratoria, persuasión, elocuencia y convicción con la que nuestros parlamentarios ejercen su función es un indicador de la calidad democrática de nuestro país. Y, obviamente, podemos mejorar.

4. Libros de campaña. La campaña electoral norteamericana nos está sorprendiendo por su dinamismo y por su entusiasmo. Ocho años de Bush no han anestesiado a su país aunque casi se llevan por delante la paz y la seguridad mundial. Entre las sorpresas, y en lugar destacado, figura  «La audacia de la esperanza. Cómo restaurar el sueño americano» de Barack Obama». Con una prosa elegante y conmovedora, el autor contagia de esperanza y de energía para la movilización a favor del cambio político.

En otra escala, los interesantes esfuerzos que algunos de los candidatos o líderes políticos españoles nos proponen (y se agradece que los escriban ellos) en este contexto preelectoral. Es el caso del libro de Josep Antoni Duran i Lleida  en «Entre una Espanya i l’altra«, donde combina memorias y ensayo en apoyo de su propia candidatura electoral. Un libro que recoje sus reflexiones en las larguísimas jornadas de «puente aéreo».  También sugerente es el «Catalanisme federalista« de Miquel Iceta. Una compilación de sus artículos e intervenciones desde finales de 2004 hasta septiembre de 2008. En pleno debate sobre el catalanismo, el portavoz del PSC argumenta el porqué de la eficacia y la vigencia del proyecto del socialismo democrático, catalanista y federalista para impulsar las reformas necesarias para avanzar en la justicia social y para fortalecer la plurinacionalidad de España.

Pero quien, a mi parecer, ha gestionado mejor la publicación de libros como parte de su estrategia electoral ha sido Ségolène Royal. Tanto en la victoria (de las primarias de su partido) como en la derrota (de las presidenciales). En campaña, nos propuso «Maintenant«, ardiente y pasional ensayo de sus intuiciones políticas. Con «Une étrange défaite (Una derrota extraña)» reflexiona sobre los puntos fuertes y débiles de su campaña, que le permitió ser la primera mujer que disputaba con posibilidades reales la Jefatura del Estado. Pero su candidatura, y también su vida sentimental y su estilo político, han provocado otros interesantes libros como «Ségolène Royal: Les coulisses d’une défaite» de Christine Courcol y Thierry Masure y «La femme fatale» de Raphaëlle Bacque y Ariane Chemin.

5. Libros biográficos. Acaba de editarse en español el libro «El alba, la tarde o la noche» de Yasmina Reza.  Una crónica sobre el poder con acento literario. La autora siguió al presidente francés durante 18 meses y ha escrito un retrato, muy personal, alejado de los tópicos. Imprescindible para conocer al personaje con los ojos de la gran escritora. Cabe destacar, también, la repercusión e influencia que tienen sobre el personaje otro tipo de biografías, como la que recoge las opiniones y comentarios, en este caso de su ex mujer Cécilia Ciganer, en el  libro Cécilia de la periodista Anna Bitton. La obra vio la luz hace unos días con un gran revuelo mediático, a pesar de no ser autorizada por la ex primera dama.

Con otro registro, en España, encontramos «Madera de Zapatero« de Suso de Toro, que no está escrito por el presidente pero lo parece. Un retrato estructurado en 13 capítulos que hablan siempre en primera persona (el presidente sobre sí mismo y otras 12 personas sobre él).

6. Libros de memorias. Dos ex presidentes, como ejemplo de este grupo, ocupan nuestra atención en España y han obtenido el interés de los lectores/ciudadanos como lo demuestran su permanencia en las listas de los más vendidos desde hace bastantes semanas. «Memòries de l’expresident Jordi Pujol«, la primera de las dos entregas transcritas por el periodista Manuel Cuyàs que abarca desde su nacimiento, en 1930, hasta su elección como president en 1980. La segunda se centrará en los 23 años en la presidencia del Gobierno catalán. Cuyàs recuerda que no es una biografía ni una investigación, sino el relato subjetivo de Pujol sobre su trayectoria.

Y «Cartas a un joven español« de José María Aznar, donde expone su visión conservadora de la vida, de la política, del nacionalismo español, de la familia o de la economía. Aznar ha conseguido mantener una presencia mediática constante en los últimos años gracias a las constantes y diversificadas presentaciones del libro.

7. Libros de spin doctors. Para cerrar esta personal y subjetiva clasificación quiero destacar los libros de los «asesores» políticos. En clave catalana, pero muy ilustrativos del grupo que presento, nos encontramos «Mil dies amb PM (Pasqual Maragall)» de Jordi Mercader, quien fuera su director de comunicación durante la presidencia de la Generalitat. Una «crónica subjetiva» de los tres años convulsos de Maragall en el Govern. «Es el relato de una ambición, de un error de cálculo, de promesas y desengaños, de un exceso de confianza, de una conspiración, de aciertos, errores e incomprensiones», en palabras de su autor. El libro está a punto de salir.

Y frente a él, en todos los sentidos, encontramos «Democràcia a sang freda» de David Madí. Una reflexión política sobre el presente y el futuro de Catalunya, pero sobre todo un relato de su labor como director de la última campaña electoral de Artur Mas. Un libro polémico desde la cubierta (con la caricatura del autor presentado como el general Patton) hasta la última página. Madí dice que su libro (un ajuste de cuentas personal) le cierra puertas por «sincero» pero lo cierto es que parece que ha pisado bastantes callos.

8. Epílogo. Si «la libertad es un librería» como dice Joan Margarit, la política debe ser, entonces, un buen libro. Quizás, también algún día, «la política será una canción», como anhela el poeta León Felipe.
Mientras, les dejo con un fragmento de  «La audacia de la esperanza» de Barack Obama, del final de su  epílogo:
«(…) Y en ese lugar pienso en nuestro país y en los que lo construyeron. Los fundadores de esta nación, que de algún modo supieron elevarse más allá de las ambiciones mezquinas y los cálculos egoístas para imaginar una nación que se extendería por todo un continente. Y aquellos como Lincoln y King, que al final dieron su vida para perfeccionar una unión imperfecta. Y todos los anónimos y desconocidos hombres y mujeres, esclavos y soldados y sastres y carniceros que se construyeron una vida para sí mismos y para sus hijos y nietos, ladrillo a ladrillo, riel a riel, mano curtida a mano curtida, para colmar el paisaje de nuestros sueños colectivos. Yo quiero ser parte de ese proceso. Mi corazón rebosa amor por este país».

Documentos de interés:
Nuevas formas de leer, nuevas formas de editar. ¿Estamos preparados para Kindle?
Fuente: El País (31.12.2007) (versión pdf)

«Hillary Clinton, retorno a la Casa Blanca«. Núria Ribó. Editorial Belacqva, 2008.
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