«Siempre se espera del político un buen uso de la palabra. El insulto no es nunca una buena estrategia, menos en la vida política, en la vida pública.
Por otro lado, el desprecio al ciudadano tiene unos costes políticos muy altos.
El insulto tiene costes, independientemente de su rendimiento mediático. Nunca compensa. El ataque siempre desgasta, nunca te hace ganador».
Emitido en: RNE. Asuntos propios (08.12.208)
Podcast del programa
Fotografía: Jacob Hodgson para Unsplash