Publicado en: NY Al Día (Artículo 10, 5.10.2009)
Después de que el uso intensivo de las redes sociales haya generalizado un imparable fenómeno de transparencia permanente y exposición desacomplejada de la vida privada, parece que llega el momento recuperar la intimidad… y la discreción. Al menos eso es lo que se desprende de la nueva moda que se impone entre ejecutivos y profesionales: ir a fiestas o encuentros en los que está expresamente prohibido el Twitter o alardear en Facebook o en MySpace de lo que has hecho, a quién has visto o lo que pasó.
En Nueva York, la ciudad conectada y abierta, se convocan también fiestas y encuentros off the record: No comentarios, no fotos, no grabaciones, no twitts. Protocols NYC, es una de las organizaciones que las convoca y prepara regularmente, predicando con el ejemplo de contención digital. Se va por invitación para charlar con gente influyente «por negocios y por placer» garantizando la discreción como valor supremo. Una vuelta a la privacidad para aquellos que, celosos de su intimidad, quieren recuperar la tranquilidad sin verla alterada por el exceso exhibicionista o vanidoso de los demás.
Esta tendencia también se refleja en nuevas condiciones para el derecho de admisión en algunos locales de la ciudad, donde los clientes se comprometen a no publicar ni comentar nada en ninguna red o web. Derecho de admisión… y de privacidad compartida.
Mientras, Internet gana terreno como fuente de información, de acción y de relación entre los ciudadanos y es, también, un modelo de acción compartida que permite nuevas oportunidades para afrontar retos comunes. El sentimiento de red es ése: comunidad. Es en la comunidad donde nos sentimos partícipes de la sociedad y nos relacionamos, podemos generar nuevas amistades, conocimientos e ideas y compartir lo que hacemos y lo que somos.
Pero la sobreexposición permanente de tu vida y la observación constante de la misma por tus amigos en red están provocando la necesidad de nuevos espacios de privacidad e intimidad personal. Este movimiento pendular, también puede fortalecer dinámicas de privatización y exclusividad del espacio público.
En las redes sociales de Internet, como en la vida presencial, hay tres cosas importantes: quién eres (identidad), a quién conoces (contactos) y qué haces (actividades). En un estudio reciente se prevé que en 2013, todos los menores de 50 años formarán parte de una red social en Internet. Pero lo que empieza a ser importante, también, es preservar la intimidad como el último refugio de la libertad individual. Estamos en una sociedad abierta y transparente. Nadie se escapa de la auditoría pública de tu identidad en la red expuesta sin pudor ni filtro por los buscadores. Pero la libertad necesita también privacidad. Hay momentos en los que necesitamos el anonimato como bastión de la libertad para poder decir, íntimamente: Estoy aquí y nadie sabe quién soy, de dónde vengo, a quién conozco y qué actividad desarrollo. Soy libre.
Nuevo artículo (el 10) publicado hoy en el diario norteamericano NY Al Día, con el título Off the record en NY: http://tinyurl.com/ycsao9s
RT @antonigr Off the record en NY: http://tinyurl.com/ycsao9s
¡Prohibido tuitear! Recordando conversas con @nsc y @jurbina http://bit.ly/40gi41
Twitter y la discreción social (Vía @uraisa) http://bit.ly/40gi41
RT @enigmasPRESS Twitter y la discreción social (Vía @uraisa) http://bit.ly/40gi41
RT @enigmasPRESS: Twitter y la discreción social (Vía @uraisa) http://bit.ly/40gi41
La libertad tambien es seguridad! la sobreexposición en las redes resulta peligroso! @Curiosa http://bit.ly/CYFw0
Me ha interesado: recuperando la intimidad http://bit.ly/CYFw0
>GReader – Off the record en NY: Publicado en: NY Al Día (Artículo 10, 5.10.2009)
Después de que .. http://bit.ly/4gLaty
[…] En Off the Record en NY, Antoni Gutiérrez Rubí cuenta que: En Nueva York, la ciudad conectada y abierta, se convocan también fiestas y encuentros off the record: No comentarios, no fotos, no grabaciones, no twitts. Protocols NYC, es una de las organizaciones que las convoca y prepara regularmente, predicando con el ejemplo de contención digital. […]