Entrevista con Esteban Hernández para El Confidencial (31.10.2009)
Respondo a un cuestionario de Esteban Hernández para su reportaje que ha titulado «Cuanto más corrupto, más te votan«.
Podéis leer aquí las preguntas y mis respuestas.
«Si bien los electores no se identifican con las conductas ilícitas o poco ejemplares, tampoco están dispuestos a que su decisión política (su voto) sea cuestionado permanentemente por la oposición, por los medios… o por la justicia. En ese sentido, se da «algo de resistencia emocional y de pereza ideológica o intelectual a cambiar de posición. Admitir que ha sido un error haber confiado en alguien que, finalmente, te defrauda tiene un coste personal (y en la vida cotidiana de las personas) bastante importante. Los electores necesitan su tiempo, su proceso. Cambiar de voto es un coste emocional importante».
Entrevista para un reportaje en ElConfidencial sobre la reacción de la ciudadanía ante los casos de corrupción http://tinyurl.com/y94nzol
Estoy de acuerdo con lo que aquí se dice. Podría, tal vez, ser ilustrativo la experiencia de los ciudadanos de la Costa del Sol en general o de Marbella, en particular en lo que se refiere al «fenómeno» GIL: Si bien los primeros años todo parecía marchar bien, pronto comenzaron las noticias sobre el saqyeo del Ayuntamiento de Marbella, las visitas al juez e incluso a la carcel de GIL, aunque las tretas de sus abogados lograran mantenerlo incombustible durante años.
Por otra parte: ¿no está sucediendo con Camps algo parecido?
Un saludo: emilio