Entrevista con Cecilia Fonseca para La Prensa que reproduzo a continuación.
¿Qué es lo primero que le viene a la mente cuando escucha la palabra Panamá?
Oportunidades.
¿Política panameña?
Confusión.
¿Ricardo Martinelli?
[14 segundos de silencio] El presidente que dejó de serlo.
¿Y en qué se convirtió?
Eso es lo que nos tiene que explicar.
Así comienza una conversación de 22 minutos con Antoni Gutiérrez-Rubí, un asesor de comunicación y consultor político en España y Latinoamérica, que mira con interés el crecimiento del país y el devenir del actual gobierno.
También analiza las repercusiones que sobre la marca país tiene el estilo de gestión del actual mandatario, que llegó al poder con un histórico 60% de los votos, y que luego de tres años y medio al mando, a pesar de las denuncias sobre supuesta corrupción, intromisión en los otros poderes del Estado y ataques a la institucionalidad, mantiene una popularidad importante.
Por esta mezcla de situaciones es que Gutiérrez-Rubí habla de que existe confusión en la política panameña.
«Estamos en un momento en el que la política debe ser testimonio de democracia y creo que esta es la clave para que la política siga cumpliendo su función de interés general. Cuando la política deja de ser ejemplar, entonces su función pública puede verse seriamente lesionada y con ella arrastrar las instituciones. Por eso estamos en un momento muy clave, pero no solo en Panamá, está sucediendo en muchos países», detalla.
¿Eso significa que lo que se ve de Panamá hacia afuera no es cónsono con las buenas noticias sobre crecimiento, por ejemplo, que también se escuchan del país?
El problema es que los países y las marca país son muy vulnerables a los rastros digitales, son vulnerables respecto a la opinión pública internacional. Estamos hablando de percepciones y opiniones, no solo de datos y realidades. Y el hecho de que esté apareciendo Panamá y se hablé del Metro, por ejemplo, o de la ampliación del Canal, y que a la misma vez se hable de crisis política e institucional asociada a presunta corrupción, genera una lesión muy importante de la marca país.
¿Si tuviera que comparar a Martinelli y su gestión con otras de la región?
No podemos decir que Martinelli tuviera tradición política, es decir, es un hombre hecho a sí mismo, un triunfador, un empresario que ha tenido éxito en la economía y ha creído o ha pretendido o contempla la política con los mismos atributos con los que ha gestionado su patrimonio y sus negocios. La política es algo más que la gestión eficiente de una empresa y en la política no solamente es importante la capacidad de hacer las cosas, sino cómo hacerlas, con qué alianzas, con qué pedagogía, con qué acuerdos, con qué consensos, eso es vital.
¿Y la forma en que ha ejercido la política?
Él ha pretendido encontrar un nuevo paradigma, un modelo de gestión política renunciando a la política, y creo que de alguna manera eso es lo que está hoy cuestionándose, si ese modelo de gestión y política que renuncia a la política o a la cultura política o a los atributos de la política democrática es el modelo que Panamá necesita y el modelo que puede instalarse en la región en su conjunto.
¿Cree que en esta campaña la propaganda política debe volcarse más a los nuevos medios?
Podemos decirlo de la siguiente manera. No es seguro que quien gana en las redes, gana en las urnas, pero ya es casi seguro que quien pierde en las redes, pierde en las urnas.
¿Panamá está en ese nivel?
Estamos cerquita. La mayoría de los principales voceros y líderes de opinión de este país tienen perfiles muy activos, son muy sensibles, muy atentos, y tienen una gran capacidad de escucha de lo que se dice de ellos y de lo que se dice de lo que ellos hablan. En términos de crecimiento y de penetración de la cultura digital [un año] en este país es muchísimo; es muy poco electoralmente o políticamente, pero en términos de crecimiento de redes es muchísimo y es muy exponencial.
El presidente es muy de las redes, pero eso también lo ha hecho chocar con la gente. ¿Eso es bueno, es malo…?
El presidente ha encontrado en las redes sociales una forma de proyectar su expansión [tenía hasta anoche 292 mil 59 seguidores en su cuenta @rmartinelli en Twitter], su personalidad, su eco, su fuerza comunicativa, pero las redes no solo son potencia, no solo son altavoz, es la construcción de comunidades, es el diálogo, es la interacción, es el conocimiento. Cuando utilizas las redes como utilizarías la publicidad, acabas teniendo problemas, aunque tengas difusión o tengas proyección.
LA POLÍTICA Y LA RED SOCIAL. DIPUTADOS EN LA RED
Gutiérrez-Rubí fue el creador de una herramienta digital (widget) que es, a la vez, un directorio que permite a los usuarios acercarse a los diputados a través de las redes sociales. A los 100 días de estar disponible se emitió un informe que indica que 46% de los 71 diputados de la Asamblea Nacional tiene una cuenta de Twitter y que el 64% es de oposición y pertenece a la provincia de Panamá.
Publicado en: La Prensa. Panamá (19.02.2013)
Fotografía: Ed Rojas para Unsplash
Panamá, Martinelli y la no política: Publicado en: La Prensa. Panamá (19.02.2013)
Entrevista con Cecilia Fonseca… http://t.co/rCTeTZYH