Hace algunas semanas, la empresa LEGO le pidió al Gobierno británico que quitara de circulación una campaña contra la independencia escocesa por utilizar sus muñecos sin autorización previa. «En ningún caso hemos dado permiso para el uso de nuestras imágenes», explicaba un portavoz de la multinacional danesa. El Gobierno británico no jugó limpio, no leg godt, frase danesa que significa jugar bien y que es, evidentemente, el origen del nombre de la compañía. La polémica campaña trataba la cuestión económica del debate independentista. Los unionistas creen que el status quo le conviene a Escocia, mientras que los separatistas aseguran que es al revés, que una reforma fiscal y el monopolio de los ingresos petroleros repercutirían favorablemente en el bolsillo del ciudadano escocés.
En este sentido, la campaña ilustraba, con agudeza e ironía, algunas de las cosas que un escocés podría hacer con las 1.400 libras anuales que perdería si vota por la independencia, desde un viaje para dos con la crema solar incluida, hasta 127 pasajes del autobús que une Glasgow y Edimburgo, pasando por una dieta familiar a base de fish & chips… aunque durante diez semanas.
Vale decir que no es la primera vez que los muñecos de LEGO se usan con fines políticos. Recordemos, en este sentido, Occupy Lego Land, una maqueta que reproducía —en miniatura— el movimiento Occupy Wall Street y que se pudo ver en el Zuccotti Park de Nueva York durante las manifestaciones. La iniciativa logró tal repercusión que la revista Slate desarrolló un vídeo que simulaba ser una publicidad del Occupy Lego Land.
De hecho, los juguetes LEGO se han vuelto una herramienta muy importante para el artivismo. Recientemente, Jeff Friesen, un fotógrafo canadiense, reprodujo con muñecos LEGO buena parte de la obra de Banksy, el famoso artista callejero de tendencia antisistema. Aunque la adaptación del canadiense se encuentra a medio camino entre el homenaje y la sátira, resulta curioso ver estas famosas pintadas hechas con LEGO: la de los policías besándose, la del activista tirando flores y la del Guardia Real pintando una pared, entre otras.
Otro ejemplo de legoartivismo lo brinda el artista turco @Pulup, quien comenzó a incluir muñecos LEGO en sus fotografías a principios del año 2012, pero fue en junio de 2013, con las protestas de Gezi (Estambul), cuando empezó a usarlos para hacer sátira política. Muchas de las fotos de @Pulup son críticas a la represión policial, pero hay otras que van más allá, reprobando, por ejemplo, declaraciones efectuadas por el Primer Ministro. De manera similar, los muñecos LEGO se utilizaron para ilustrar el conflicto que protagonizó el republicano Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey, y que ha llegado a poner en riesgo su candidatura para las elecciones de 2016. En septiembre del año pasado, el equipo de Christie, empeñado en entorpecer la gestión de Mark Sokolich, alcalde demócrata del distrito de Fort Lee, ordenó —de manera injustificada— el cierre de dos carriles del puente que une Manhattan con Nueva Jersey, desatando un verdadero caos de tránsito. A principios de este año, se filtraron algunos correos electrónicos que ponen de manifiesto que el cierre de los carriles de uno de los puentes más transitados del mundo fue una acción premeditada y malintencionada. La bloguera Lyn Miller-Lachmann reprodujo los atascos en ‘el gran puente gris’ e incluso representó la ambulancia que lamentablemente no llegó a salvar la vida de una anciana de 91 años.
Volviendo a la polémica incial de la campaña contra la independencia escocesa, las ocurrentes imágenes publicadas por el Gobierno británico no le hicieron ninguna gracia a la firma juguetera: «queremos mantener nuestra posición como una compañía políticamente neutral». Pero, ¿es LEGO políticamente neutral? The Lego Movie (2014), el primer largometraje producido por la compañía, despertó las críticas de sectores conservadores norteamericanos, que consideraron que el argumento de la película encubría un mensaje anticapitalista (ya que Emmet, el protagonista, es un obrero que, de un día para otro, comienza a liderar una cruzada contra President Bussiness, quien además de dirigir la Corporación Octan, controla todo el universo LEGO). La historia despertó paranoias en los pasillos de la cadena Fox, el presentador del ciclo Varney & Company llegó a afirmar que el villano de la película guardaba un sospechoso parecido con el republicano Mitt Romney.
Dejando de lado las paranoias y las teorías conspirativas, LEGO se ha vuelto, sin duda, una marca política, pero no por decisión propia, sino porque sus productos se han convertido en una herramienta elegida por muchos artivistas… y esto es algo que LEGO ya no puede controlar.
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Fotografía: Xavi Cabrera para Unsplash
Enlaces de interés:
– Sobre la polémica en torno a la campaña británica ver artículos de El Mundo, La Vanguardia, The Guardian y BBC.
– Sobre Occupy Lego Land ver artículo de Wired y Slate.
– Sobre la obra de Jeff Friesen ver The Brick Fantastic y artículo de Europa Press.
– Sobre la obra de @Pulup ver artículo de Lyn Miller-Lachmann, cuenta de Twitter de @Pulup y cuenta de Instagram.
– Sobre la reproducción del conflicto de Chris Christie ver artículo de Lyn Miller-Lachmann.
– Sobre la película de LEGO ver artículos de la BBC y del New York Post y fragmento del programa de Fox.
– Mil euros para quien localice a los 400 enanos de jardín socialistas desaparecidos (En plena campaña electoral, socialistas austríacos ofrecen una recompensa para recuperar los gnomos que utilizaron para promocionarse) (EFE, 29.08.2014)
– Cómo Lego se ha convertido en la principal marca de juguetes del mundo (Raquel C. Pico. PuroMarketing, 5.09.2014)
– Ai Weiwei se encierra en Alcatraz (Rosa Jiménez Cano. El País, 25.09.2014)
– El niño Jesús nace en la valla de Melilla (Lola Hierro. El País, 29.12.2014)