InicioComunicaciónComPolLas 7 diferencias entre 2012 y 2014

Las 7 diferencias entre 2012 y 2014

Publicado en: El País (31.07.2014)(blog ‘Micropolítica’)

Nada que ver. El análisis de la rueda de prensa del President de la Generalitat (y la nota de prensa de La Moncloa) muestra grandes cambios entre 2014 y la que, hasta ayer, había sido la última reunión entre Artur Mas y Mariano Rajoy en 2012. Aquella acabó con un portazo. Esta, con una puerta entreabierta.

La política es escenificación. Y las formas pueden ─y deben─ ayudar a crear los marcos de interpretación y las atmósferas políticas. Ayer se cuidaron al detalle. El resultado fue pactado. Estas podrían ser algunas de las claves para completar el análisis político y la evaluación de las resultados y expectativas que se abren a partir de la reunión entre Artur Mas y Mariano Rajoy.

1. Los titulares. En 2012, el presidente catalán dijo sobre la reunión: «no ha ido bien»; también, que Rajoy le había dicho: «no hay margen para negociar». Eran tiempos del pacto fiscal y de la prima de riesgo y muy pocos días antes había tenido lugar la extraordinaria manifestación del 11 de septiembre en Barcelona. Ayer Mas se esforzó, reiteradamente, en destacar que se había abierto una «vía de diálogo» y que su valoración global de la reunión era positiva por ello, con un mensaje mucho más estructurado, con cuatro grandes temas, seguramente ya pensado ─y pactado─ antes de la reunión. Mantienen las discrepancias en el tema central (la consulta) pero han abierto temas de discusión. Hasta 23 cuestiones diferentes le planteó Artur Mas a Mariano Rajoy.

2. Las palabras. Mas evitó las más correosas. En 2012, con gesto duro, expresaba que se sentía «triste» y «decepcionado» y que Catalunya no podía aceptar el futuro «gris» que se proponía, cuando este puede ser «más luminoso y brillante». «Catalunya no puede renunciar a su futuro. Si fuese así, sería una inmolación e incluso una traición», advertía. Ayer, nada era tan épico, sino más bien práctico. Todas las palabras sonaron sin estridencias. No hubo violines. Pero tampoco tambores.

3. El contexto electoral. En 2012, Mas utilizó ese portazo mutuo como estrategia electoral y argumento político. Las elecciones se convocaron el 25 de noviembre de ese mismo año. Y se pasó de la legislatura del pacto fiscal, a la de la consulta. El resultado fue un retroceso notable de CiU pero un incremento espectacular de ERC. Ambas fuerzas han mantenido un sólido acuerdo de legislatura. Ahora Mas, con resultados muy adversos en las encuestas, necesita tiempo. Y desea alargar la legislatura hasta 2016. Mantener la negociación con Rajoy forma parte de esta necesidad.

4. El tono. «Hablando se entiende la gente. Siempre hay posibles soluciones», así se expresó ayer Mas. Y Rajoy le correspondió en Twitter: «Mantengo mi disposición al diálogo convencido de que juntos sumamos. Debemos seguir colaborando en todo lo que beneficie a los españoles». Ambos dirigentes saben del valor del discurso positivo en la construcción del liderazgo político. Y también saben que la creación de climas es condición necesaria para que se puedan resolver los problemas o pactar las diferencias.

5. La escenografía. Mas habló desde las dependencias de la Generalitat de Catalunya en Madrid. En 2012, este hecho se interpretó como un símbolo de la ruptura. Ayer, de la normalidad. Mas ha cambiado de gafas. Nueva mirada. Y durante su comparecencia estuvo, constantemente, con un popular bolígrafo en la mano, con actitud pedagógica y serena. Nada de gesto crispado o desafiante. Todo con perfil bajo. Sin renuncias. Pero sin estridencias.

6. El acuerdo. Hay un punto de acuerdo en el tema de fondo de la consulta, paradójicamente, porque el mismo argumento les lleva a posiciones diametralmente opuestas. Se trata de la legalidad. Mas no renuncia a ella. Rajoy se atrinchera en ella. ¿Y si hubiera una manera legal de hacerla? La insistencia de Rajoy en que no se hará porque no es legal es sólida y débil a la vez. Las legalidades se pueden buscar, encontrar, diseñar y pactar. Los acuerdos pueden llegar cuando los costes (gestión y consecuencias) de los desacuerdos son superiores a los beneficios de mantenerlos, por calculado interés o por proclamada coherencia. Aquí hay un terreno para explorar.

7. Sin Pujol. No es un tema menor. La reunión se produce un día después de las medidas anunciadas por Artur Mas que despojan a Jordi Pujol de todos sus atributos y privilegios. La gestión de esta extraordinaria crisis se ha visto marcada por la cita con Rajoy. Mas actuó más rápido que nunca. Defenestrado, Pujol vuelve, paradójica aunque parcialmente, a su clásica y posibilista estrategia de peix al cove (peces en el cesto, paso a paso). Veremos en los próximos días. La distensión ha empezado. Desandar era imprescindible para volver a andar. Del choque de trenes, al cambio de agujas.

Fotografía: Marcel Eberle para Unsplash

Enlace de interés:
El llenguatge de les banderes (BOXED PRESS, 30.07.2014)

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