Imagine que hace unos días estaba conduciendo hacia la Convención Nacional Republicana de Cleveland. Y, a cinco minutos de llegar, parado en un semáforo, ve un cartel (como tantos y tantas conductores) con la imagen de Donald Trump besándose con Ted Cruz, y el eslogan: «Love Trumps Hate. End Homophobia». Eso es lo que ocurría esos días en la ciudad, coincidiendo con el evento.
El cartel fue pagado por la ONG Planting Peace, una organización sin fines de lucro con el propósito de difundir la paz, y cuyos proyectos se centran principalmente en la ayuda humanitaria y las iniciativas medioambientales, incluyendo campañas por la igualdad de derechos LGBT.
Una manera fantástica de dar a conocer el mensaje, y hacerlo aprovechando un evento del que todo el mundo estaría hablando esa semana. De hecho, lo lograron, muchísima prensa se hizo eco del cartel publicitario y, al hacerlo, de la causa por la que se publicitaban.
En cualquier caso, no es la primera vez que se aprovechan las convenciones políticas para hacer campaña en carteles. Como indica John Metcalfe, en la Convención Republicana de 2012 en Tampa (Florida), un grupo dedicado a la elección de mujeres progresistas pago el anuncio: «Bienvenidos a Tampa! Donde el alcalde y todos los miembros del consejo de la ciudad son demócratas». Y en la Convención Nacional Democrática de ese año en Charlotte, Carolina del Norte, una organización de ateos erigieron una valla publicitaria burlándose del cristianismo de Barack Obama y del mormonismo de Mitt Romney.
Publicado en: Pie de foto
Fotografía: Vlad Shalaginov para Unsplash