Pedro Sánchez ha acabado su entrevista con el verbo «oxigenar», en alusión a la necesidad de hacer deporte, mientras veíamos en la realización televisiva al Presidente haciendo running por el Palacio de la Moncloa. Ha sido como un broche perfecto a una entrevista oxigenante, aireada, abierta en tono, respuestas y escenificación. La entrevista era en el interior del salón de columnas, pero con las ventanas y las puertas abiertas de par en par hacia el jardín mientras anochecía: una metáfora simbólica de su vocación política. Abrir espacios. Abrir La Moncloa. Abrir un tiempo nuevo.
La entrevista ha sido corta, pero con fuerte contenido y anuncios relevantes. Desde la próxima vista a nuestra vecina Francia que el Presidente, hábilmente, no ha calificado de exterior, sino de política interior, haciendo suya la realidad y la vocación europea. También hemos conocido sus prioridades legislativas y, en el primer minuto, nos ha descubierto la noticia de fondo: agotará la legislatura hasta el 2020. Sánchez intuye las debilidades del resto de competidores y se sacude la presión. Nunca dijo una fecha y sí un itinerario que ahora llevará hasta el final.
El Presidente ha estado relajado, a pesar de algo de tensión inicial, y no ha cruzado las piernas en ningún momento. Eso le ha permitido una actitud corporal adelantada, para nada confiada ni prepotente, y atenta con sus interlocutores, dejando todo el protagonismo a la expresividad de sus manos. No ha cometido ningún error aparente y llevaba bien interiorizados los mensajes y las formas. Todo muy ágil. Sonrisa contenida, salvo en el final hablando del Mundial, lo que ha transmitido una imagen de prudencia, seriedad y disciplina. No había arrogancia ni soberbia. Tono muy medido. Una entrevista en directo y directa con información interesante sobre sus primeras llamadas, reuniones o acciones.
Ana Blanco ha demostrado, para quien no la conozca, que es una gran periodista. Atenta, con reflejos y sin dejarse preguntas sin respuestas, ni asociaciones no buscadas, como cuando ha hecho, a continuación de la pregunta del acercamiento de los políticos presos catalanes, la del acercamiento de los terroristas etarras. Un matiz de múltiples interpretaciones, pero bien llevado por la periodista y el Presidente. Sergio Blanco ha estado ligeramente punzante, pero sin afilar.
La realización televisiva no ha sido perfecta: toses, ruidos y sombras de los cámaras que se proyectaban sobre los vidrios de las ventanas. Y el inevitable insecto de noche de verano. RTVE necesita mucho más que cambiar su Consejo de Administración. Cambios que el Presidente espera que se hagan esta semana en el Parlamento, sin descartar que el Gobierno tome medidas, en caso de bloqueo.
Sánchez ha hablado mucho y directo, ha mencionado Unidos Podemos pero ha obviado a Ciudadanos. Ninguneo acrecentado con el fair play y elogio que ha hecho del Partido Popular y de lo que representa, aunque no ha mencionado ni a Mariano Rajoy, ni a ningún otro dirigente popular.
Sánchez sigue avanzando hacia la centralidad y la modernidad. Confiado y seguro en su interpretación de lo que fue la moción de censura: «mas que cambiar un Gobierno fue un cambio de época y de política», afirma el Presidente en el único momento de ligero exceso. Tendrá que gobernar con el Parlamento, pero siente que, quizá, puede hacer Historia a pesar de su control. Esa será su tentación y su oportunidad.
Publicado en: El País (18.06.2018)
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