En Vermont no solo sorprende que Bernie Sanders esté de nuevo en el juego o que un niño de 14 años haya sido admitido para competir para ser gobernador, sino que una mujer haya sido la primera candidata transgénero en unas elecciones primarias, y ya haya sido elegida por el Partido Demócrata para ser candidata a gobernar en ese estado.
Se trata de Christine Hallquist, una de los más de 400 candidatos LGBTI que se postularon este año. Es exdirectora ejecutiva de una compañía de energía, a quien la transición abierta que vivió tras su cambio de sexo le sirvió de inspiración para lanzarse a la política. Sanders la felicitó públicamente y la invitó a «seguir haciendo historia juntos». Ocasio-Cortez destacó el paso disruptivo que había dado Vermont en cuanto a inclusión.
Desde Massachussetts, nos ha sorprendido la elección de la primera congresista afroaestadounidense frente a un contrincante que contaba con 10 mandatos que lo avalaban.
Ella misma también se ha sorprendido. La humildad, que no se puede medir en palabras, se demuestra con actos inesperados como el de Ayanna Pressley que aguardaba, sentada y paciente (como debe ser), los resultados de la contienda; que en su perfil de Twitter confirma que ansía el cambio y que, seguramente, recibirá con la frente en alto la responsabilidad que en sus manos han dejado quienes la apoyaron.
En Michigan y en Minnesota, por su parte, les han dado la oportunidad a dos musulmanas, también demócratas, de formar parte del grupo de 199 mujeres que ya han sido elegidas para competir por uno de los asientos de la Cámara de Representantes.
Rashida Tlaib, de origen palestino, ganó sus primarias la semana pasada por el distrito 13 de Michigan y ya es la primera congresista musulmana dado que no tiene rival en noviembre. Ihan Omar, progresista, refugiada y de origen somalí-estadounidense, venció en el distrito 5 de Minnesota, y en su discurso de victoria confirmó que espera algún día dejar de celebrar este tipo de primeras veces, aludiendo a su triunfo, y que la inclusión se convierta en la norma. Ocasio-Cortez apoyó su candidatura desde el inicio.
Para completar un interracial y destacado grupo de mujeres que están impulsando a las minorías, Stacey Abrams es la primera mujer afroestadounidense en ser elegida en las primarias para ser candidata a gobernadora en Georgia, un estado tradicionalmente conservador, donde los republicanos han liderado el poder en la última década, pero donde el 32 % de la población es negra. Ella se ha lanzado para representarlos y espera conseguirlo en noviembre.
El mal momento del establishment
Las bases demócratas están dando la espalda a los candidatos del establishment para dar paso a nuevas caras, a mujeres y a representantes de minorías. Esta acción se está evidenciando como una forma de respuesta inspirada por el ‘fracaso’ de Hillary Clinton.
También, como una respuesta a la promoción que se ha venido haciendo en el país para que cada vez más mujeres solteras, minorías y jóvenes se registren para votar y acudan a las urnas. Estos tres grupos representan el 80% del crecimiento del electorado en este siglo, de acuerdo con el Voter Participation Center.
En este sentido, en noviembre podrían llegar más mujeres a las instituciones, en un país muy alejado de la paridad en el poder político.
Con tan solo 84 mujeres en la Cámara de Representantes (19% de los 435); 23 mujeres entre los senadores (el 23% de los 100); 6 entre los 50 gobernadores (el 12 %); el 25 % de los Legislativos estatales y el 20 % al frente de las alcaldías de las 100 mayores ciudades.
Entre otros nombres destacados de mujeres que han competido por un escaño en el poder, están también Deb Haaland, candidata por Nuevo México y de origen indígena; Gina Ortiz-Jones, candidata por Texas, de origen filipino y veterana de Irak; o London Breed, de origen humilde, que ya es la primera alcaldesa negra de San Francisco.
Ventaja demócrata
Aunque el número de candidatas ha aumentado en ambos partidos, los demócratas cuentan con tres veces más candidatas mujeres que los republicanos.
Si bien esto responde a que la composición del Partido Demócrata incorpora a más mujeres que el Partido Republicano, lo cierto es que los demócratas han sido más proactivos y cuentan con mejor infraestructura para apoyar y ayudar a la elección de mujeres, como el potente Comité de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés) y Emily’s List, el principal PAC de apoyo a las mujeres demócratas, que ha recaudado más de 500 millones de dólares en sus 33 años de historia.
Durante 2016, tras la nominación de Hillary Clinton, 920 mujeres contactaron con Emily’s List para postularse a un cargo electo. En estos dos años, han contactado más de 36.000 mujeres con la organización, que ha apoyado 60 de las candidaturas, de las cuales 30 podrían reemplazar a un cargo republicano en noviembre.
La principal característica de estas mujeres que están caminando hacia el poder es que son, en su mayoría, de clase media trabajadora y que, por su condición de no tener experiencia en política y ser doctoras, activistas o expertas en sanidad, saben lo que necesitan sus comunidades. Feminizar la política desde la vida cotidiana. Esa es la clave.
Publicado en: Univision Noticias (06.09.2018)
Artículos de interés:
– Los outsiders demócratas irrumpen en la campaña (Cristina Cifuentes. La Tercera, 6.09.2018)
Ideas con enfoque femenino, para dar calma, sensatez y calidez a la vida política. Un mundo masculino, agitado, sin calidad y lleno de agresividad. En un mundo incierto las mujeres convertirán las dudas en certezas.