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Biden, ¿el favorito?

Las encuestas indican que hay un gran favorito en las primarias demócratas. Se trata de Joe Biden, el ex vicepresidente de Barack Obama, de 77 años, y que ya fue candidato en 1988 y 2008. Biden, según el promedio de encuestas de Real Clear Politics, cuenta con un 33% de intención de voto, doblando a Bernie Sanders (17,3%). Elizabeth Warren sigue subiendo, con el 9,2%, seguida ya de cerca por Buttigieg (7,2%) y Kamala Harris (que se estanca también con el 7,2%). El resto de candidatos (los otros dieciocho) ya tienen menos de un 4% de intención de voto.

Así, hoy por hoy, es probable que el veterano político gane las primarias demócratas (aunque aún pueden pasar muchas cosas, a un año vista de la Convención demócrata, que tendrá lugar el 13 de julio de 2020 en Milwaukee, Wisconsin). Pero ¿significa eso que Biden ganaría las elecciones presidenciales ante Donald Trump?

Una encuesta de la CNN indica que cada vez más personas esperan que Trump gane en 2020: el 54% cree que Trump ganará las elecciones de 2020; el 41% siente que perderá (en diciembre, esta opinión era la del 51%). Entre las razones para apoyarle, aproximadamente una cuarta parte, el 26%, cita a la economía, un 12% dice que es por cumplir sus promesas, un 9% señala sus logros, un 8% hace referencia a las mejoras en el empleo y el 5% apunta a sus políticas en la frontera.

Sin embargo, no se trata de las valoraciones de la gente, sino de los votos, pero no nacionales, sino en los estados. Es por ello que otras encuestas no están analizando si Biden (o un demócrata) ganaría en votos a Donald Trump, sino en qué estados podría ganar. En Estados Unidos, como sabemos, el ganador de cada estado logra todos los votos electorales. Por lo tanto, no importa cuántos votos consigue Trump en California, ya que es casi seguro que los 55 votos electorales californianos serán para los demócratas. Por ello, no importa tanto el porcentaje de voto popular, sino quién consigue más estados a su favor, que sumen los 270 votos electorales que dan la victoria.

Esos estados que pueden dar los números definitivos son los denominados swing states, aquellos más igualados en los votos a demócratas y republicanos: Florida, Colorado, Indiana, Iowa, Nevada, New Hampshire, New Mexico, North Carolina, Ohio y Virginia. Pero si algo varió en 2016 fue que estados que no eran tan claramente swing states dieron la victoria a Trump: Indiana, Wisconsin, Pennsylvania y Michigan. El denominado rust belt, estados industrializados en crisis. En las pasadas elecciones, y por primera vez desde los años ochenta —con Reagan—, los republicanos ganaron en estos tres estados a la vez: Michigan, Wisconsin y Pennsylvania.

Pero Trump ganó de muy poco: Wisconsin, por 27.257 votos; Pennsylvania, por 68.236 votos; y Michigan, por 11.612 votos. También Florida, por 112.911 votos (un 1,2%). Lo improbable (que ganara Trump en todos estos estados) le dio la victoria en 2016. Es por eso que saber si Biden podría arrebatarle estos estados permitiría saber si, también, puede arrebatarle la presidencia en 2020.

Las encuestas son claras. En la actualidad, Biden ganaría en estados swing. Como indica Javier Collado, una encuesta de Emerson señala una derrota de Trump en Carolina del Norte frente a casi cualquier candidato demócrata, con Biden (+12) y Booker (+14) como los más destacados. El ex vicepresidente de Obama también ganaría a Trump por 12 puntos en Michigan (la misma diferencia que le sacaría Bernie Sanders, según una encuesta de Detroit News), mientras que en Texas se podría imponer Biden al líder republicano por cuatro puntos, lo que daría la victoria a un demócrata en dicho estado por primera vez desde 1976. De las encuestas realizadas en mayo, en Florida habría un empate ante ambos contendientes, según el sondeo de la Florida Atlantic University. A su vez, en Pennsylvania, el presidente perdería en casi cualquier caso, y Biden vuelve a ser el demócrata que se impondría con mayor claridad (+11).

Aunque falta mucho para las elecciones, el equipo de Donald Trump debería estar preocupado por lo que indican todas estas encuestas. Y esa es una de las razones de su fuerte inversión en publicidad, haciendo ya campaña. Por ejemplo, la campaña digital Trump ya está gastando cinco veces más que los demócratas. Pero no todo es online. En 2016, la campaña de Trump dispuso de alrededor de 700.000 voluntarios, con 3.000 líderes de equipo. Para 2020 serán 1,6 millones de voluntarios y 90.000 líderes de equipos, todos conectados a través de la tecnología en su teléfono, a través de aplicaciones y otros desarrollos.

Queda todavía un año y cuatro meses de campaña, 510 días en total. Y aún pueden cambiar muchas cosas, incluso falta saber el candidato demócrata. Pero lo que está claro es que la campaña está en marcha, y que quien gane en los swing states tendrá mucho ganado.

(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2020)
Fotografía: Commons Wikimedia

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