XAVIER PEYTIBI
Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2020, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.
Increíblemente, por ahora, son 24 los candidatos que se han presentado ya a las primarias demócratas. Se trata, en orden alfabético, de Michael Bennet, Joe Biden, Cory Booker, Steve Bullock, Pete Buttigieg, Julián Castro, Bill De Blasio, John Delaney, Tulsi Gabbard, Kirsten Gillibrand, Mike Gravel, Kamala Harris, John Hickenlooper, Jay Inslee, Amy Klobuchar, Wayne Messam, Seth Moulton, Beto O’Rourke, Tim Ryan, Bernie Sanders, Eric Swalwell, Elizabeth Warren, Marianne Williamson y Andrew Yang.
En la mayoría de las encuestas, Joe Biden se ha colocado de forma nítida como gran favorito. De acuerdo al promedio de encuestas de Real Clear Politics, Biden se ubica en el 33%, duplicando la ventaja sobre Sanders (17,3). Elizabeth Warren sigue subiendo, con el 9,2%, seguida ya de cerca por Buttigieg (7,2) y Kamala Harris (que se estanca con el 7,2%). Ya más lejos, Beto O’Rourke (3,7%) y Cory Booker (2,5%). El resto de candidatos, ya con menos del 1,5% de posibilidades.
Se dice que son muchos candidatos pero, ¿realmente es así? Para averiguarlo he analizado los últimos 100 años de elecciones, y he extraído algunas conclusiones:
En 1920, en Estados Unidos, terminada ya la Primera Guerra Mundial, las huelgas generalizadas, la depresión económica, los disturbios raciales e incluso algún temor de ataque terrorista en Wall Street dominaban el contexto social y político del país. Los otrora grandes líderes ya no estaban: Theodore Roosevelt había muerto el año anterior, y el entonces presidente, Woodrow Wilson —que no podía moverse por un accidente cardiovascular y que, de facto, no ejercía como líder de la nación—, era vilipendiado por la población. Era el final de una era, y el inicio de otra. Ese año, el 2 de noviembre, hubo elecciones, todos con nuevos candidatos. La cifra de candidaturas era inmensa: 17 candidatos demócratas, por 8 candidatos republicanos. Ganó Warren G. Harding a James Cox, quien contaba con un jovencísimo candidato a vicepresidente de 37 años que se dio a conocer: Franklin D. Roosevelt.
En las elecciones de 1948, tras la muerte de Roosevelt en 1945 que dio la presidencia al vicepresidente Truman, muchos eran los republicanos que veían segura una victoria de su partido. Por los republicanos, hubo 9 candidatos, ganando finalmente Dewey, aunque perdería las elecciones de modo sorprendente frente al propio Truman.
En 1964, tras la muerte de Kennedy, también era previsible un cambio ante el malestar por la presidencia de Lyndon B. Johnson. Fueron 10 los candidatos republicanos que se presentaron.
En 1972, con una baja aceptación de Nixon por la guerra de Vietnam, también era probable un cambio en el Gobierno, pero no fue así, pese a que fueron 16 los demócratas que se presentaron como candidatos a las primarias. Dos años después, dimitió el republicano Nixon, gobernando el vicepresidente Gerald Ford. La sensación de cambio, ahora ya con el escándalo Nixon, duró hasta las elecciones de 1976, y la prueba fueron los 14 candidatos demócratas que aspiraban a la presidencia, ganando Jimmy Carter finalmente al entonces presidente Ford.
Cuatro años después, en 1980, la situación era la contraria. Todos esperaban la caída de Carter, por la crisis económica y, especialmente, por la crisis de los rehenes en Irán. Es por ese motivo que se presentaron 10 candidatos republicanos, entre ellos Ronald Reagan, quien ganaría esas elecciones.
En 1988, la crisis se producía en ambos partidos. Era el final de otra época política. Ronald Reagan ya no se volvía a presentar, y el liderazgo de Walter Mondale en el Partido Demócrata también había llegado a su fin. Era la hora de nuevas caras, algunas de las cuales llevaban años esperando poder salir al escenario. Por los demócratas, se presentaron 13 candidatos, y 8 por los republicanos. Ganaría George H. W. Bush. Cuatro años más tarde, ante una presidencia desgastada e impopular, los demócratas vieron una oportunidad, presentándose 8 candidatos, entre los cuales, Bill Clinton, que ganaría esas elecciones.
En el año 2000, con el fin de las dos legislaturas de Gobierno, también hubo muchas esperanzas republicanas en conseguir la victoria contra el vicepresidente de Clinton, Al Gore. Fueron 14 los candidatos que se presentaron por el Partido Republicano, ganando uno de ellos, George W. Bush.
En 2008, fue el cambio de era, de nuevo. Era el fin de George W. Bush y tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata buscaban nuevos líderes. Esa es la razón de que se presentaran 10 candidatos demócratas y 12 republicanos. En 2012, 11 republicanos se enfrentaban a Obama. En 2016, 12 republicanos por solo 4 demócratas (Hillary era la gran favorita).
En la historia de las elecciones estadounidenses, acostumbrados a tener una media de 3-6 candidatos por partido y elección, vemos que es solo en casos puntuales cuando el número de candidaturas aumenta. Por lo observado, entiendo que es:
- Cuando hay una derrota previsible del adversario
- Cuando falta un líder en el propio partido, por un cambio generacional
- Cuando los candidatos quieren posicionarse, tal vez no para ganar, pero sí para pensar en su futuro político como vicepresidente o como alto cargo en el partido o en su estado
- Cuando es su última oportunidad, después de un ciclo del partido adversario, para sobresalir
- Cuando creen que pueden tener visibilidad aunque no tengan muchas oportunidades en los medios. El auge de las redes sociales lo permite. Vemos que tener a muchos candidatos es una constante en las últimas cuatro elecciones (cinco si contamos las próximas de 2020). También, a través de las redes, pueden conseguir donaciones online para seguir en la campaña, algo que hace solo 15 años era una quimera.
Así pues, las elecciones de 2020 cumplen con estas «reglas»: no hay un líder en el Partido Demócrata, el presidente Trump está cuestionado (aunque creo que mucho menos de lo que se esperan), y es un gran momento para destacar, después de años de espera (muchos demócratas no se presentaron en 2016, al ser complicado vencer a Hillary). Pero considero que la mayor explicación está en la razón número cinco.
Para 2020, hay 24 candidatos demócratas por 2 republicanos (Donald Trump y Bill Weld). Y considero que sí, que son muchos. De hecho, es el récord histórico. Sin embargo, no es raro que haya un gran número de candidatos, en momentos clave como el actual, y aún más cuando la red permite tener visibilidad y obtener donaciones.
Sea como sea, pocos de esos 24 llegarán a Iowa, y todavía menos a New Hampshire. En campaña, el dinero, la visibilidad, los apoyos, pero también los resultados —sea en encuestas o durante los próximos debates demócratas (se harán en dos días consecutivos, al tener tantos candidatos)— tienen mucho que ver.
(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2020)