Capitalismo progresista. La respuesta a la era del malestar
Joseph E. Stiglitz (@JosephEStiglitz)
Editorial: Taurus (2020)
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El autor es conocido por su visión crítica de la globalización, de los economistas de libre mercado y de algunas de las instituciones internacionales de crédito, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), especialmente en su papel en las economías emergentes y en la aplicación de programas de austeridad económica como salida a las crisis, particularmente durante la última década en Europa.
Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, es actualmente catedrático de Economía en la Universidad de Columbia, tras una intensa carrera académica en prestigiosas universidades como Yale, Oxford y Stanford. Además, ha sido asesor económico del gobierno de Bill Clinton y economista jefe y vicepresidente sénior del Banco Mundial.
«Todos tenemos la sensación de que el sistema económico se inclina a favor de las grandes empresas. Unas pocas corporaciones dominan sectores enteros; la industria financiera regula la economía a su antojo; los gobiernos negocian acuerdos comerciales que en absoluto benefician a los intereses de los ciudadanos; y las tecnológicas custodian celosamente una ingente cantidad de datos personales sin supervisión y trafican con ellos. Las nuevas tecnologías, lejos de ayudar, tienden a empeorar las cosas, contribuyendo a disparar la desigualdad, ralentizar el crecimiento y fomentar el desempleo».
Frente al estancamiento económico y —fundamentalmente— un fuerte crecimiento del desempleo y de la brecha de desigualdad, el economista Premio Nobel Joseph Stiglitz plantea la posibilidad de pensar un modelo alternativo para reconstruir los cimientos del sistema capitalista.
En su reciente y último libro, trata, por un lado, de comprender y analizar cómo hemos llegado a la situación actual, mientras que, en la segunda parte, propone una nueva vía que permita atacar estos flagelos que señala y construir sociedades más prósperas. En palabras suyas: una vida decente para todos.
Al hablar del recorrido que realiza el sistema capitalista en Occidente en las últimas cuatro décadas, Stiglitz detecta cuatro síntomas desarrollados a partir de una gestión conservadora del poder desde la era Reagan, en los 80’: crecimiento lento, pocas oportunidades, ansiedad creciente y una sociedad fraccionada.
Este modelo de gestión del poder —más allá del respeto a las reglas comunes y básicas y a los principios de la moral pública, de los que se creían dotadas las sociedades occidentales— ha tenido por objetivo dañar la confianza en las institucionales democráticas, fragmentar los electorados progresistas y dividir la sociedad alrededor de sus pilares actuales. Todo esto, explica el autor, con el propósito de construir otros nuevos cimientos en torno a la agenda neoconservadora, basada en la desregulación del sistema financiero y del Estado de bienestar.
La puesta en marcha de esta estrategia la ve Stiglitz en Reagan, como su pionero, y en George H. W. Bush, entrado el nuevo milenio, como su continuador. Sin embargo, el acento lo coloca —fundamentalmente— en Donald Trump, debido a su capacidad expansiva en otros países de Occidente como en el Reino Unido o Hungría, entre otros.
En ese sentido, el autor ofrece múltiples propuestas en su modelo alternativo. Algunas de las más significativas son: mejorar el poder de negociación de la clase trabajadora; emprender una reforma de las leyes antimonopolio para adaptarlas a la nueva realidad económico-tecnológica y a la reconfiguración del mercado laboral; reforma del sistema tributario hacia una mayor y mejor redistribución hacia abajo de los ingresos, es decir, buscando percibir recursos desde las grandes fortunas; nuevas políticas de vivienda, reduciendo la capacidad y el poder de los intermediarios, mejorando los sistemas de información para los consumidores y, en efecto, también su poder de negociación; revitalizar la Seguridad Social, a partir de ampliar los instrumentos en los que esta pueda invertir; y, por último, un sistema de acceso universal a la atención médica.
Esta visión alternativa del futuro, que Stiglitz presenta como el nuevo contrato social del siglo XXI, parte desde Estados Unidos, pero contiene un diagnóstico y unas propuestas trasladables a otras sociedades occidentales. Ya que, como señala: «a menos que gestionemos mejor los avances tecnológicos, bien podríamos estar adentrándonos en una distopía con niveles de desigualdad cada vez mayores y una política cada vez más escindida, con unos individuos y una sociedad que estuviesen cada vez más lejos de donde querríamos estar».
Referencias a la obra:
De este artículo de la revista Ethic (nº 46. Septiembre 2020): Capitalismo progresista: La respuesta a la era del malestar (extracto – Joseph Stiglitz), destaco estos puntos:
- Con El fin de la historia de Francis Fukuyama en 1989 tenemos el primer síntoma de fallo en el sistema capitalista, que se reafirma en la crisis financiera de 2008.
- La academia afirmó que el capitalismo sólo ha beneficiado a los más próximos a la cúspide de la pirámide y ejemplos como el Brexit o la elección de Donald Trump ponen en serio cuestionamiento las virtudes de la democracia.
- La globalización aceleró la desindustrialización, y dejó atrás a gran parte de la población, especialmente varones no formados.
- El eslogan de Bill Clinton, «Es la economía, estúpido», de forma reduccionista, muestra como, ante todo, la gente quiere sentirse escuchada y respetada.
- La ciudadanía quiere que se la escuche y que el Gobierno «dé la cara» por sus ciudadanos, y no quiere sentirse castigada por ser parte de los que se «han quedado en el camino». Durante 2008, sin embargo, el Gobierno pareció sólo dar la cara por las élites.
Y recomiendo especialmente la entrevista a Moisés Naím, también en Ethic. El doctorado por el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) y ex ministro de Fomento de Venezuela. También fue director de la Delegación del Banco Mundial en Venezuela y, posteriormente, director ejecutivo del Banco Mundial. Editor jefe de la revista Foreign Policy y autor de prestigiosos libros y ensayos como El Fin del poder, es una de las voces a escuchar en los tiempos que corren. Algunas de las ideas que comparte:
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- ESCENARIO POSCOVID. [El mundo en la pandemia] ha cambiado de mil maneras, y lo seguirá haciendo. […] Yo creo que lo que más hay que cuidar en estos tiempos es la democracia: es muy fácil que sea socavada, agredida, debilitada y coartada por gobiernos y líderes que utilizan la pandemia de la COVID-19 como excusa para adoptar medidas de emergencia que terminan concentrando el poder y dañándola.
- CAMBIO CLIMÁTICO. No hay nada que sea más peligroso que el cambio climático, y lo es por la naturaleza de la amenaza que implica y por lo poco preparado que está el planeta para enfrentarse a él. Este problema debe afrontarse con los países trabajando coordinadamente, algo que precisamente ahora entraña especial dificultad en plena crisis sanitaria.
- ESTADOS UNIDOS COMO POTENCIA MUNDIAL. El prestigio de Estados Unidos ha sufrido un golpe […] Hoy la gente no lo percibe como un Estado líder, especialmente con temas relacionados con la sanidad y la cobertura de la población.
- COVID19 Y GLOBALIZACIÓN. ¿Qué es la COVID sino un maravilloso ejemplo de la globalización, de cómo lo que pasa en Wuhan —una ciudad de la que nunca habíamos oído hablar— tiene al mundo entero postrado? Si eso no es globalización, ¿qué es?
- IDEAS. Más que elevar el déficit público me preocupa el déficit de ideas. Creo que hay un consenso entre expertos y economistas de que aumentar el gasto público es necesario y correcto para afrontar la crisis y paliar un poco el impacto económico de la pandemia. Lo que no se oye con igual claridad ni firmeza es qué pasa el día después, cuando hay que empezar a pensar cómo pagar.
- ESTADOS UNIDOS Y CHINA. Yo no soy de los que creen que es inevitable la guerra entre estas dos potencias, pero sí cree que hay que hacer lo posible para que estas fricciones no se conviertan en conflictos más amplios.
- TRUMP Y ELECCIONES AMERICANAS. Trump ha demostrado que está dispuesto a hacer lo que sea para no irse de la Casa Blanca. […] ¿Podríamos vivir un escenario similar al de Florida con George W. Bush y Al Gore?
- DEMOCRACIA Y PANDEMIA. La pandemia ha servido como excusa para centralizar el poder. Estamos viendo cómo algunas regiones están restringiendo los derechos civiles, aumentado la vigilancia por vías electrónicas, prohibiendo protestas para evitar contagios…
- ORGANIZACIONES INTERNACIONALES. El problema no está en las organizaciones mismas. La OMS es una organización muy defectuosa, en parte, porque durante mucho tiempo ha sido utilizada por sus miembros de una manera que, más que responder a los intereses del mundo, obedece a los intereses particulares de algunos. Es un organismo que necesita corrección y reforma, pero no que acaben con ella como ha pedido Trump. El mundo necesita más multilateralismo eficiente e incluyente.
- CAPITALISMO PROGRESISTA DE JOSEPH STIGLITZ. Yo estoy de acuerdo con eso. El capitalismo está dañado y necesita ser revisado igual que la democracia, que no está funcionando en muchos países como deberían. Ambas tienen que reformarse juntas: no pueden transformar el capitalismo sin mirar a la democracia.
- PODER Y POLARIZACIÓN. Hoy la polarización forma parte del arsenal de los políticos para obtener la mayor influencia posible. Siempre ha existido y, de hecho, es deseable en la democracia, porque es una forma de ver enfrentadas dos ideologías y hay de todo tipo. […] El problema es que la polarización se ha digitalizado y se ha potenciado mezclándose con la posverdad y con el populismo, tres aspectos que ahora son parte de la caja de herramientas de los políticos más populistas para obtener y retener el poder.
Enlaces relacionados:
– El capitalismo progresista no es un oxímoron (Joseph E. Stiglitz. The New York Times, 30.04.2019)
– Hay que subir los impuestos a los más ricos (Joseph E. Stiglitz. El País, 12.01.2020)
– Joseph Stiglitz reclama un «nuevo contrato social» para acabar con la desigualdad (EFE, 2.02.2020)
– Joseph Stiglitz: “Trump es el reaganismo con esteroides” (entrevista de Justo Barranco para La Vanguardia, 6.02.2020)
– Joseph E. Stiglitz: «La idea de que el mercado es eficiente y un motor de competitividad es absolutamente errónea» (entrevista de Rodrigo Ponce de León para eldiario.es, 22.02.2020)
– ¿Un capitalismo diferente? (Ramon Jáuregui @RJaureguiA. Ethic, 30.03.2020). El presidente de la Fundación Iberoamérica afirma en este artículo cómo el cambio de paradigma debido a la crisis del coronavirus puede resultar en una mayor exigencia de los sistemas de seguridad y transparencia
– Las diez claves del capitalismo progresista del Nobel Joseph Stiglitz (El Espectador, 1.02.2020)
¡¡Ojala!! Una vuelta a la socialdemocracia europea de posguerra que es la que parió el «estado del bienestar» (del que cada vez queda menos), pero me temo que la catarsis coronovírica va a cambiar las cosas.