Entrevista con Guillermo Cid (@guilleciro) para su reportaje en El Confidencial, con el título «Baja un dedo si eres de derechas». La oscura guerra política que viven tus hijos en TikTok. En este reportaje se recogen mis opiniones junto a las de Iago Moreno y Julián Macías.
Comparto algunas de mis reflexiones y todas las preguntas que me planteó Guillermo junto a mis respuestas.
¿Cómo ves TikTok como herramienta para la propaganda política? ¿Puede acabar siendo más importante que otras redes como Facebook?
El éxito de TikTok es lógico, si tenemos en cuenta que sus contenidos son innovadores, frescos, divertidos y curiosos (ingredientes, todos ellos, que contribuyen a llamar la atención). Sin embargo, la creatividad está por encima de la preparación. Y eso hace complicado que un partido político lo pueda usar, a menos que tenga un equipo realmente creativo. La emocionalidad es básica para la comunicación, puesto que esos contenidos se ofrecen en un momento de relax, deben llamar la atención, crear empatía… Es por eso que, más que propaganda política, lo que TikTok logra es visibilidad y notoriedad, que te “caiga mejor” ese político/a.
Respecto a si será más importante que Facebook, ya se verá, pero en Facebook hay un público etario determinado, muy diferente que el de TikTok. Hay sitio para todos, por ahora.
La compañía que gestiona la plataforma prohíbe expresamente los anuncios políticos. ¿Cómo consiguen colar la propaganda entonces?
TikTok lo que ha prohibido son los anuncios de contenido político. Es una red más que se ha sumado a esta tendencia. De momento, Twitter también los ha prohibido, Spotify anunció que los retiraría a principios de este año, Google los ha restringido y Facebook, aunque los sigue permitiendo (incluso con contenidos falsos) también ha impuesto algunas limitaciones, como certificaciones… En estos momentos, es una discusión latente en todas las redes: permitir o no los anuncios políticos, aunque los contenidos ya son otra historia; limitarlos sin una base, como la lucha contra la desinformación, podría ser fatal para la credibilidad de la plataforma que podría ser acusada de limitar la libertad de expresión. En este sentido, TikTok ya ha protagonizado alguna crisis reputacional relacionada con este tema, por ejemplo cuando censuró los contenidos de usuarios que hablaban de las protestas de Hong Kong.
En resumen, los anuncios están prohibidos, pero no la creación de contenidos, aunque no llamen al voto.
¿Se pueden seguir los mismos patrones de redes como Instagram o Twitter para colocar tus mensajes en TikTok? ¿Cómo hay que hacerlo para ser efectivo?
Las redes sociales tienen en su ADN conseguir retener al usuario/a, llamar su atención, y, para ello, se valen de algoritmos que promocionan aquellos que cumplen este objetivo. Y son precisamente los contenidos más disruptivos, en cuanto a discurso o contenido audiovisual, los que consiguen captar la atención de estos usuarios. Es una cuestión de emociones, algoritmos y disrupción, y, en eso, TikTok se convierte en una buena herramienta. Se trata de llamar la atención, de ser mucho más creativo que en las otras redes sociales, porque TikTok va de eso. Si generas contenido (incluso que sea visualmente bueno) pero sin diversión y entretenimiento, sin creatividad, no se conseguirá llamar la atención.
Hay mucha gente que, al menos en España, son los partidos de extrema derecha como Vox los que mejor han entendido esta red, ¿es cierto? Con lo ocurrido estos días con Trump o el movimiento BlackLivesMatter estamos viendo un cambio de tendencia?
Decía que son los contenidos más disruptivos, en cuanto a discurso, los que consiguen captar la atención de estos usuarios. Por lo tanto, si sumamos el algoritmo de las redes sociales al discurso de la derecha iliberal, en general disruptivo, tenemos la combinación perfecta para que sean precisamente estas formaciones las que tienen más éxito en redes sociales. Algunas son conscientes de ello y lo aprovechan en su propio beneficio. Vox, por ejemplo, llena sus contenidos de épica, de mensajes que rompen con lo políticamente correcto, de mensajes de libertad, de identidad, en definitiva, de emociones.
También es importante que, al ser un territorio digital nuevo, representa una oportunidad para marcar tendencias y generar influencers. En redes, el que primero llega es el que normalmente acaba siendo referente. Por este motivo, y por el carácter de la red en sí, no es quizá tan importante que Vox sea el primer partido en tener presencia, sino que los que empiezan a definirse como influencers sean próximos a sus ideales y hagan proselitismo de sus ideales.
Veremos si la tendencia ha cambiado. De hecho, TikTok es la app que más ha crecido durante el confinamiento en todo el mundo, es por ello que hay nuevos públicos, y que tal vez las cosas sean diferentes a partir de ahora. No lo podemos saber aún.
En tu artículo hablabas de la India como el primer país donde empezó a verse esta app como herramienta de propaganda, ¿ya se ha extendido al resto de países? ¿En España ya se está apostando por ella?
La colonización de las redes sociales por la política ha ido al compás del momento en que estas han llegado a ser populares entre la población. Primero, fueron Facebook y Twitter, se desembarcó también en Instagram y no se han dejado de ocupar nuevos campos de batalla. No solo es TikTok, hay otros espacios como Twitch (en el que ya han participado políticos como Macron, Cory Booker u Ocasio Cortez), en principio destinado al streaming de gamers, en el que políticos y partidos han abierto sus canales con la intención de captar nuevas audiencias.
La clave de estos nuevos canales es saber conectar con el perfil del usuario/a. La búsqueda de nuevas audiencias se puede transformar en nuevos votantes, si se sabe conectar con ellos de manera adecuada. En el caso de TikTok, una red especializada en vídeos cortos con base musical, puede dar mucho juego a los usuarios para que hagan proselitismo de una manera divertida y transgresora.
Al ser una plataforma de vídeos cortos, musicales ‘de buen rollo’, ¿no corremos el riesgo de convertir la política en algo cada vez menos profundo y más ‘show’?
La política también puede ser entretenimiento. Se trata de obtener visibilidad y, ante una sociedad desafectada políticamente, la personalización de la política adquiere importancia: conocer al político/a, saber cómo es en privado, qué le gusta, qué hace… Es por ello que TikTok es importante, porque nos sirve para humanizar a los políticos.
Pero, en cualquier caso, eso no es óbice para que, en otros canales, como los medios más tradicionales, el político/a muestre sus ideas y propuestas. Es sólo que TikTok no es el canal para hacerlo.
Por último. La mayoría de los usuarios de esta red tienen entre 13 y 24 años, ¿es ético y razonable convertir esta plataforma en una herramienta de propaganda?
Para los partidos, puede ser importante en la medida en que el perfil de votante que estén buscando sea ese precisamente. En este caso, TikTok tiene un perfil de usuario joven, muy joven. Posiblemente, muchos de ellos no puedan votar todavía, pero puede ser un granero de futuros votantes, si se les ofrecen contenidos que conecten de manera adecuada con ellos. Se trata de conseguir buenas percepciones para que, llegado el momento de votar, ante la indecisión de voto (si existe), la visibilidad lograda en TikTok —y la humanización— consiga persuadir un voto.
Publicada en: El Confidencial (24.06.2020)
Enlaces de interés:
– ¿TikTok en política? (Infobae, 5.07.2019)
– TikTok publica cómo funciona su sistema de recomendación de contenido (M. Victoria S. Nadal. El País-Retina, 20.06.2020)
– Sobre el el estudio Qustodio, un informe sobre los hábitos de consumo de contenidos de los menores (entrada en Telegram)
– TikTok se convierte en un fenómeno cultural durante el confinamiento (entrada en Telegram)
– TikTok está lleno de fans adolescentes de Vox (entrada en Telegram)
– ¿Conocéis TikTok?) (entrada en Telegram)
– Los mejores videos del año 2019 en TikTok (entrada en Telegram)
Remito mi opinión a parte de la intervención de Iñaki Gabilondo de hoy 25-06-2020 en «La voz de Iñaki» titulada «Rebrotes, ERTE y TikTok».