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ZL 105. Vida 3.0: Ser Humano en la Era de la Inteligencia Artificial

Max Tegmark (@tegmark) es un cosmólogo sueco-estadounidense. Profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, pertenece a la dirección científica del Instituto de Cuestiones Fundamentales.

Editorial: Taurus – Penguin Random House (2018)

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Sinopsis:
¿Cómo afectará la inteligencia artificial al crimen, a la guerra, a la justicia, al trabajo, a la sociedad y al sentido de nuestras vidas?
Bienvenidos a la conversación más importante de nuestro tiempo.
¿Cómo afectará la inteligencia artificial al crimen, a la guerra, a la justicia, al trabajo, a la sociedad y al sentido de nuestras vidas? ¿Es posible que las máquinas nos dejen fuera de juego, remplazando a los humanos en el mercado laboral e incluso en otros ámbitos? ¿La inteligencia artificial proveerá mejoras sin precedente a nuestras vidas o nos dará más poder del que podemos manejar?

Muchas de las cuestiones más fundamentales de la actualidad están íntimamente relacionadas con el aumento de la inteligencia artificial.
Max Tegmark no se asusta ante la gama completa de puntos de vista o ante los temas más controvertidos, desde la superinteligencia hasta el significado, la conciencia y los límites físicos últimos de la vida en el cosmos. En Vida 3.0, clarifica los conceptos clave necesarios para hablar de inteligencia artificial al tiempo que ayuda a entender la importancia de las cuestiones clave, aquellas que la humanidad tendrá que abordar en las próximas décadas.

Fragmento
El equipo Omega era el alma de la compañía. Mientras que el resto de la empresa conseguía el dinero para que esta siguiese operando, mediante diversas aplicaciones comerciales de una inteligencia artificial (IA) estrecha, el equipo Omega preservó en pos del que siempre había sido el sueño del director ejecutivo: construir una inteligencia artificial general. La mayoría de los empleados veían a <<los omegas>>, como los soñadores a los que siempre les faltaban varias décadas para alcanzar su objetivo. Pero los soportaban con gusto, porque valoraban el prestigio que su trabajo puntero proporcionaba a la compañía, y también agradecían los algoritmos mejorados que de vez en cuando ideaban.

Lo que no sabían es que los omegas se habían labrado esa imagen con celo para ocular un secreto: estaban a un paso de completar el plan más audaz de la historia de la humanidad. Su carismático director ejecutivo los había seleccionado no solo porque eran sobresalientes investigadores, sino también por su ambición, idealismo y férreo empeño en ayudar a la humanidad. Les recordó que su plan era sumamente peligroso, y que si algún poderoso Gobierno tenía noticia de él haría casi cualquier cosa -secuestros incluidos- para evitar que siguieran adelante, o, aún mejor, para robar su código. Pero todos estaban comprometidos, por motivos muy similares a los que llevaron a muchos de los físicos más destacados de la época a sumarse al Proyecto Manhattan para desarrollar armas nucleares: estaban convencidos de que, si no lo hacían ellos, alguien menos idealista se les adelantaría.

La IA que habían construido, con el nombre de Prometeo, incrementaba continuamente sus capacidades. Aunque las cognitivas aún distaban mucho de las de los humanos en numerosos ámbitos, como por ejemplo en el de las habilidades sociales, los omegas habían centrado sus esfuerzos en conseguir que fuese muy buena en una tarea en particular: programar sistemas de IA. Adoptaron adrede esta estrategia porque habían aceptado el argumento de la explosión de inteligencia propuesto por el matemático británico Irving Good ya en 1965:

Definamos una máquina ultrainteligente como aquella capaz de superar ampliamente todas las actividades intelectuales de cualquier hombre, por inteligente que este sea. Puesto que el diseño de máquinas es una de estas actividades intelectuales, una máquina ultrainteligente podría diseñar otras máquinas aún mejores; se produciría entonces indudablemente una «explosión de inteligencia», y la inteligencia del hombre quedaría muy atrás. Así, la primera máquina ultrainteligente sería lo último que el hombre necesitaría inventar siempre que la máquina fuese lo bastante dócil para decirnos cómo mantenerla bajo nuestro control.

Enlaces asociados:
– Entrevista: Foro Telos 2020: Max Tegmark
– Entrevista: “Hay una gran presión económica para hacer obsoletos a los humanos” (Daniel Mediavilla. El País, 13.08.2018)
Reseñas del libro:
A physicist explores the future of artificial intelligence
Artificial intelligence: how scared should we be about machines taking over?
Review: Life 3.0: Being Human in the Age of Artificial Intelligence by Max Tegmark
The future is superintelligent
When Machines Run Amok
Life 3.0 by Max Tegmark review – we are ignoring the AI apocalypse
Life 3.0: Being Human in the Age of Artificial Intelligence
Superintelligence: a space odyssey
Prophesies have a dreadful record, but they are also endlessly fascinating. Readers may balk now and then—Tegmark’s…

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