ANTONI GUTIÉRREZ-RUBÍ | XAVIER PEYTIBI | MARINA RALUY | SANTIAGO CASTELO
Las próximas elecciones municipales tendrán lugar el 28 de mayo de 2023. Quedan menos de 500 días. Parece una eternidad, pero no lo es. Y quien esté en un municipio, en una Diputación o en un partido político entenderá perfectamente de qué estamos hablando.
Y sí, quedan días. Y sí, se pueden hacer muchas cosas. Pero ya no quedan días suficientes para algunas y tampoco se podrán hacer muchas otras con verdadera credibilidad. A continuación, desde nuestra experiencia, mostramos algunas ideas de lo que sí se puede hacer en estos menos de 500 días:
- Organizarse y formarse. Los equipos de campaña no se improvisan. Hay que pensarlos y organizarlos con tiempo. Cuanto antes, mejor. Y una vez definidos, conviene invertir en capacitación técnica. El momento para estudiar, aprender y probar es ahora. Una vez comenzada la campaña —o cuando queden pocos meses— ya no habrá margen.
- Calendarizar reuniones. Todavía hay tiempo para construir y dibujar (sí, dibujar) un amplio y exhaustivo mapa de relaciones. Solo cuando tengamos ese mapa podremos planificar una agenda de reuniones estratégicas con entidades, empresas, vecinos y vecinas, entre muchos otros actores de interés. El frenesí de la campaña no deja tiempo para pensar, coordinar, preparar y llevar a cabo esos encuentros. Y otra cosa: muchos nos recibirán hoy, pero no mañana, cuando estemos más cerca de la cita electoral.
- Tejer vínculos —profundos— con entidades. Con algunos actores del mapa nos interesará crear un vínculo más fuerte. Crear relaciones duraderas en el tiempo. Ir más allá de primeras citas y encuentros superficiales. Por ello es importante mantener una agenda de reuniones estratégica (y repetirla en el tiempo): para dar continuidad a las relaciones y fortalecer los vínculos.
- Recorrer las calles. Estar cerca de las personas es uno de los objetivos de la comunicación política. Y en el ámbito local, lo más importante es buscar relaciones. Solo así lograremos generar una percepción de cercanía con nuestro electorado, que es lo que le impulsará a votarnos. Esta es una tarea que requiere dedicación, planificación y, sobre todo, tiempo. El tiempo que se pasa en cada conversación marca un antes y un después, sobre todo en público indeciso. No nos confundamos: no es suficiente bajar un día al mercado municipal. Recorrer las calles significa estar constantemente en ellas, charlar con los vecinos y las vecinas, ir al bar de la plaza y pasar horas paseando por los barrios. Esta es la única manera de generar una percepción de verdadera cercanía y de, además, conseguir que esa gente a la que hablamos pueda contárselo a sus círculos personales.
- Estudiar, pensar y planificar. Una parte importante del tiempo invertido estos días debe ir dedicada a diseñar un proyecto, pensar en propuestas políticas, desarrollar un plan. A su vez, dedicar horas a investigar y estudiar ejemplos y buenas prácticas, tanto a nivel comunicativo como ejecutivo, es fundamental. De aquí saldrá nuestra propuesta política, nuestro proyecto de valor, la planificación de mensajes iniciales o de acciones a desarrollar los primeros meses. Y es imprescindible tenerlo bien estudiado y hacerlo nuestro. De estas ideas pueden salir propuestas para presentar en los plenos, para la campaña o para tener temas de los que hablar con la ciudadanía en nuestro día a día.
- Desarrollar propuestas en los plenos municipales. La mayoría de plenos municipales ordinarios se conciben como espacio donde proponer políticas, realizar mociones, aprobar propuestas y otras dinámicas inherentes en el desarrollo de la legislatura. Con un horizonte temporal tan corto por delante, y en medio de un contexto a menudo nervioso y agitado, los últimos 500 días de legislatura suelen ser un disparador de propuestas de proyectos y planes para implementar. Pero hay que generar contenidos de esos plenos, porque nadie los va a mirar. Tenemos que generar contenidos sobre lo que allí presentamos y hay diferentes estrategias para ello.
- Tener redes sociales. Para lograr una presencia extensa, los perfiles y cuentas de redes sociales deben trabajarse durante años. Aunque siempre hay buenas prácticas para aumentar seguidores, la cantidad de seguidores suele aumentar a medida que el perfil se nutre de publicaciones, pero, sobre todo, a medida que se interactúa con seguidores y seguidoras. Es importante la difusión, pero no olvidemos la capacidad relacional que tienen las redes. Esto no es trabajo que se pueda realizar en pocos meses, sobre todo bajo un escenario de campaña electoral. Sin embargo, sí podemos —y debemos— vincular la acción en la calle con la capacidad de generar oportunidades comunicativas y nuevos contenidos. Para lograr conexiones genuinas, trabajadas y duraderas, necesitamos tiempo. 500 días no son muchos, pero aún tenemos tiempo para impulsar buenos contenidos y buenas relaciones en redes.
En definitiva, todas estas acciones requieren tiempo y trabajo. Un trabajo que debería venirse preparando de antemano con un buen plan de comunicación, exhaustivo y adaptado a las necesidades y oportunidades del momento y el contexto. Así podremos identificar aquellas acciones comunicativas que mayor rédito político van a hacernos lograr, sin dejar de preparar el terreno para la próxima elección. Esto es, como decimos en comunicación política, un contexto de campaña permanente. Y cada palabra cuenta.
Pero en la carrera hacia las próximas elecciones, menos de 500 días son aún tiempo suficiente como para diseñar, idear y planificar una buena campaña electoral. Eso sí, con prisa y sin pausa. El cronómetro juega en nuestra contra y hay que organizar una agenda de relaciones y acciones que nos haga aprovechar el tiempo al máximo.
Para ello, hay que definir bien los cargos y las funciones de cada miembro del equipo, organizar reuniones de repaso de temas, preparar una buena caja de mensajes, planificar contenidos digitales y, por supuesto, pisar —y mucho— la calle. Todo esto, combinado con una labor de diagnóstico, de análisis de encuestas, de elaboración de discursos y, en definitiva, de un trabajo menos visible pero no menos importante.
Quedan 500 días para las elecciones y esto significa que el semáforo se ha puesto en verde. Y quienes compiten en la carrera van a poner todo su esfuerzo en ganarla. Todo se acelera. Y quien no corre, vuela.
Publicado en: ideograma (7.02.2022)