A pocos días de la segunda vuelta electoral en Francia Emmanuel Macron ha sorprendido con una nueva fotografía de su extraordinaria fotógrafa, Soazig de la Moissonnière. El actual presidente de la República Francesa aparece sentado en un sofá, en actitud desinhibida y con la camisa desabrochada, dejando a la vista una gran cantidad de pelo en el pecho. Las reacciones en las redes no se han hecho esperar y la imagen, como era previsible, ha abierto tertulias, se ha referenciado en diarios y ha sido objeto de numerosos memes.
«La fotografía es el arte de la observación. Se trata de encontrar algo interesante en un lugar ordinario. Me he dado cuenta de que tiene poco que ver con las cosas que ves y mucho con cómo las ves», afirmaba el gran Elliott Erwitt. Recordemos las mangas de camisa de Barack Obama, o sus lágrimas, en las maravillosas fotografías de Pete Souza, o la cercanía que transmiten las imágenes que captura Adam Scotti del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, por poner algunos ejemplos. La fotografía presidencial es un arte decisivo: desde las campañas a la fotografía oficial de una legislatura.
Las fotografías de Macron de estos últimos días no son aleatorias, sino producto de una campaña cuidadosamente pensada, con la idea de transmitir confianza, proximidad y de resaltar el rostro más humano de un candidato que ha recibido severas críticas por parte de la opinión pública por no centrarse suficientemente en su campaña, a raíz del estallido de la guerra en Ucrania. Quizá una fotografía no le lleve directamente a la victoria, pero seguro que puede ayudar a posicionarle como el experimentado presidente que es en la escena pública. Macron siente una especial fascinación por la iconografía, como ya demostró en su simbólica toma de posesión. Cree más en la imagen que en la palabra.
Este domingo tendremos los resultados de una de las elecciones más relevantes de Europa. Unas elecciones que surgen en un contexto convulso, pero que deben valorarse con calma, tranquilidad y proyección. Decisiones que pueden, deben y serán meditadas junto con imágenes incrustadas en las retinas de todos los votantes. Y una de las más poderosas será, sin duda, la foto final de uno de los dos candidatos asumiendo la presidencia de la República Francesa de los próximos años.
Publicado en: La Vanguardia (21.04.2022)
Fotografía: Math para Unsplash
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Siempre se tratara de destacar que la imagen, que el empaque o la envoltura tiene mayor valor que el contenido, esa es la visión del marketing político, sin embargo, la población va poco a poco adquiriendo una visión crítica frente a ello y reconociendo que: la única definición de lo que somos no es lo que decimos sino lo que hacemos.
Saludos.
Ver para sentir, sentir para votar.
Sentir que se puede confiar.