Desear menos

La flexibilidad y la movilidad se presentan cada día más, en este mundo complejo, como una certeza. Como una condición de nuestro tiempo. La fragilidad y la provisionalidad, por paradójico que parezca, ofrecen seguridades. Por ello, poseer menos, andar ligeros de pertenencias —materiales e inmateriales— para adaptarse a un mundo personal y profesional que se mueve bajo nuestros pies es una estrategia a considerar muy seriamente.

Kyle Chayka emprende, en Desear menos, una búsqueda de los orígenes filosóficos y estéticos del minimalismo contemporáneo. Dieter Rams fue el primero en incluir «menos, pero mejor» entre sus diez principios del buen diseño en 1970 e influyó en el crecimiento del minimalismo como fuente de motivación e inspiración. «Vivir de acuerdo con el minimalismo ha supuesto siempre una especie de liberación, una oportunidad para acercarse a la raíz de la existencia, en vez de dejarse distraer por lo trivial». «La simplicidad posee una dimensión moral, denota altruismo y desapego de lo mundano», escribió John Pawson en su libro Minimum, publicado en 1996.

Décadas después, es útil preguntarnos si el minimalismo y la simplicidad pueden ayudarnos en nuestra acelerada y tensionada vida o si bien, por el contrario, se trata de una vía de escape para quien, precisamente, se lo puede permitir: un lujo excéntrico de privilegiados culposos. «Es fácil sentirte minimalista cuando puedes pedir comida a domicilio, alquilar un coche o reservar una habitación con solo usar un bloque de acero y silicio. Pero en realidad eres lo contrario. Estamos aprovechándonos de un montaje maximalista. Que algo parezca simple no significa que lo sea; la estética de la sencillez oculta el artificio», afirma Chayka.

En cualquier caso, el minimalismo nos ofrece renovadas pistas sobre cómo afrontar lo limitado, lo escaso, lo frágil y provisional. Nos sitúa en la pregunta fundamental sobre el carácter acumulativo e incremental de nuestras posesiones y su relación no solo con la felicidad personal, sino con la sostenibilidad global. Desprenderse de lo innecesario, saber vivir con menos y buscar el equilibro ligeros de equipaje, como Antonio Machado nos recordaba en su célebre poema Retrato, es una vía radical —y no resignada— para explorar en la vida personal y colectiva.

Publicado en: La Vanguardia (07.09.2023)
He pedido la colaboración de Eduardo Luzzatti para realizar la ilustración del artículo.

Otros contenidos

De Rocafort a Nueva York

El municipio de Rocafort se ­encuentra a muy pocos kilómetros del epicentro de la DANA. Curiosamente, desde allí, en plena Guerra Civil, el poeta...

Portavoz de la cordura ante la crisis

Algunas ideas sobre cómo está comunicando Óscar Puente y el porqué de su éxito: 1. La construcción de autoridad. El desconcierto es la antesala del...

Gana nuestro otro yo

La victoria de Donald Trump es algo más profundo que la victoria electoral de un candidato, de una opción política o de una propuesta programática. Gana...

2 COMENTARIOS

  1. «No eches en la maleta lo que no vayas a usar, son más largos los caminos pa’l que va cargao de más.» Alfredo Zitarrosa

  2. El número de pasos que puedes dar es inversamente proporcional al peso de aquello superfluo que arrastras. Puede que cuando en el mundo todo escasee para todo el mundo y en todo momento, sean las personas que menos necesitan y tienen las más resistentes y fuertes?

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.