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Loud and clear (Ruidoso y claro)

ALEJANDRA LORA

Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2024, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.

Se aproxima la cita más importante de la contienda electoral de Estados Unidos, el «Supermartes» 5 de marzo de 2024, donde se podría decir desde ya: ‘habemus candidato a presidente’. 

Está marcado en el calendario de elecciones presidenciales de 2024 que el Partido Republicano y el Partido Demócrata tendrán primarias simultáneas en 17 estados. De estos, en Alaska, American Samoa y Utah se realizarán caucus. La esperada jornada concentrará la mayor cantidad de delegados, rumbo a la posterior elección del candidato a las presidenciales en la convención de cada organización política en los meses de julio, para los republicanos, y agosto para los demócratas. Se ha hecho tradición que el vencedor en el Supermartes resulta elegido en la convención nacional de sus partidos. 

Donald Trump, ‘el restaurador de todas las cosas’, se impone con una narrativa tan agresiva como en apariencia ‘efectiva’. Avanza con importante ventaja en las dos primeras en movilización del voto (el caucus en Iowa con 20 delegados, 51% de los votos, y las primarias en New Hampshire, con 12 delegados que representan el 54,3% de los votos, para un total de 32 delegados de los 1.215 que necesita para ganar la nominación). Un despegue que despierta interés en la misma proporción que la incertidumbre que genera el conocer si, finalmente, será o no inhabilitado en alguno de los procesos judiciales aún abiertos en su contra. 

La campaña del más fuerte ante una América que se debilita. El relato que busca «liberar América y hacerla grande nuevamente». Trump apela a una mayoría silenciosa «ahora más fuerte que nunca», acompañado de un discurso combativo y no compasivo. Trump, siendo Trump, llamó impostora a su actual y única oponente, Nikki Haley. Si nos asomamos a sus plataformas sociales, en menos de cinco minutos de recorrido por el contenido, se destacan palabras como demoler, pelear, batallar, paz a través de la fuerza y su slogan que ya no cumple la misión de slogan de campaña sino de movimiento nacionalista: Make America Great Again (MAGA).

En la política, como en los amores, no podemos ignorar las «red flags». El candidato republicano no solo repite el eslogan de campaña que impulsó en 2016, sino que vuelve a revivir discursos pasados dando a entender que su apuesta por políticas antiinmigrantes seguirá siendo de línea dura. 

Hace unos meses, fue señalado por usar una retórica nazi al argumentar que los inmigrantes que ingresan ilegalmente a Estados Unidos están «envenenando la sangre de nuestro país». Con una respuesta tan rápida como oportuna, alegó ignorar que el dictador había dicho esas palabras. Aunque es importante reconocer que, la crisis en la frontera con México amerita políticas efectivas, además el recrudecimiento de las políticas antimigratorias será clave en los discursos políticos en todo el mundoEsta semana vimos que países como Canadá, quienes llevan años impulsando programas flexibles para la obtención de visas de residencia a inmigrantes, anunciaron que empezarán a disminuir la cantidad de visas para estudiantes extranjeros. En Europa, vemos que países como Alemania endurecen su política migratoria con el aviso de deportaciones a gran escala.

A favor de Donald Trump, apenas iniciando el recorrido electoral, Ron DeSantis abandonaba la candidatura, desmontando la presión sobre la actual campaña del precandidato republicano. Aunque a Trump nunca pareció darle demasiado importancia. El gobernador de la Florida expresó en su último discurso que «no tenía un camino claro hacia la victoria» y asumía el compromiso de apoyar al candidato republicano. Para De Santis, un apoyo a Nikki Haley sería volver a una vieja guardia republicana reenvasada de «corporativismo recalentado».

Haley, por su parte, ha dicho que está de acuerdo con varias de las posiciones de Trump, pero su apuesta va por un cambio y la renovación del liderazgo republicano, aprovechando la ventaja generacional frente a su opositor directo, Donald Trump, con 77 años y el candidato demócrata y actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, con 81 años de edad. 

Lo cierto es que perder en el estado de New Hampshire, donde se esperaba un mejor desempeño, tanto por el tiempo invertido, como por el fuerte apoyo del gobernador Christopher T. Sununu, ha sido un duro golpe para la republicana. Refiriéndose a las palabras del gobernador, Trump expuso en su reciente discurso: «Dijo que iba a ganar, que iba a ganar, que iba a ganar, luego fracasó estrepitosamente».  

Recordemos que Trump acusó a Nikki Haley de contar con demócratas y liberales para infiltrarse en las primarias republicanas. Y, de hecho, el 17 de enero, una encuesta del St. Anselm College, basada en entrevistas en línea de 1.398 votantes probables de las primarias presidenciales republicanas de New Hampshire, muestra que Haley lideraba frente a Trump por 52% a 37% entre los independientes registrados, quienes representan el 47% de los probables votantes primarios republicanos. Mientras Trump aventajaba a Haley por 65% a 25% entre los  republicanos registrados. Otro dato que arroja es que el 10% de los probables votantes de las primarias del Partido Republicano dijeron a los encuestadores que se autoidentifican como demócratas y, entre ellos, Haley gana el 90%.

Queda el interrogante sobre ¿qué mantiene a Nikki Haley en la carrera por la presidencia, mientras los demás candidatos se retiran?

Hay quienes sostienen la tesis de que espera a un Donald Trump inhabilitado para ser nuevamente presidente de los Estados Unidos. La candidata republicana ha dicho públicamente que «no perdonaría preventivamente» a Trump por los crímenes cometidos como presidente, diciendo que nadie estaba por encima de la ley y que se debían llevar a cabo procesos legales. Trump enfrenta 91 cargos penales relacionados con subversión electoral, retención de información clasificada, pagos para mantener el silencio, así como demandas civiles que involucran a sus negocios y una acusación de violación.

Es una causa entendible para mantenerse de pie frente a un candidato como Donald Trump, con alto potencial de volver a ser presidente. Su carrera para gobernar los Estados Unidos de América hace que, de los 74 países que estarán celebrando elecciones en este 2024, estas sean las que despiertan mayor interés ante la opinión pública en todo el mundo.

(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2024)

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