InicioComunicaciónComPol¿Será la economía suficiente para impulsar la campaña de Joe Biden?

¿Será la economía suficiente para impulsar la campaña de Joe Biden?

BRENDA SILVA

Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2024, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.

Salvo sorpresas, la elección general en Estados Unidos ya se ha iniciado. Serán 9 meses de campaña electoral presidencial, uno de los ciclos electorales más largos en la historia del país. Serán también unas elecciones complejas y  que se disputarán voto a voto, planteando dificultades para ambas campañas, especialmente para el actual presidente. A diferencia de Trump que se alimenta y crece con las críticas, Biden —con una popularidad afectada— deberá reconquistar a un votante demócrata y progresista desilusionado de su gobierno en temas de peso electoral, entre ellos la economía.

Una encuesta de AP y  el Centro NORC para Investigación de Asuntos Públicos, del pasado diciembre, demostraba que la inflación (31% de los encuestados) y la economía (24%) se sitúan en el segundo lugar en la lista de preocupaciones y prioridades de los estadounidenses. No es un tema nuevo, con los temores de crisis económica y el crecimiento de la inflación acaparando la atención durante la administración Biden, pero seguirá presente en esta elección. Este es un escenario que los demócratas ya han previsto desde el 2023, cuando implementaron Bidenomics, una nueva filosofía económica y estrategia de comunicación para alcanzar al votante de clase media y trabajadora con reformas económicas para contener la crisis de inflación, fortalecer la producción nacional, generando empleo en sectores productivos estratégicos, y empoderar a los trabajadores.

Asociar los resultados económicos directamente al presidente fue un riesgo calculado, pero uno que podría dar grandes réditos electorales de generar resultados económicos positivos. A casi un año de Bidenomics, sin embargo, los resultados de la percepción económica plantean dudas sobre si la apuesta por la economía será suficiente para que Joe Biden recupere y gane votantes el próximo 5 de noviembre. En la encuesta de Gallup de enero se confirmó que, a pesar de que los indicadores económicos demuestran que la economía estadounidense ha mejorado, el 63% de los ciudadanos cree que la economía está empeorando  porque la inflación es un tema que todavía les preocupa.

La encuesta también muestra que la percepción negativa va descendiendo sostenidamente, aunque no a gran velocidad. Por su parte, el índice de sentimiento de consumidor de la Universidad de Michigan identificó que, en la primera mitad de enero de 2024, la confianza del consumidor aumentó un 13,1% con respecto a diciembre, ubicándose un 29% por encima de lo que estaba en noviembre. Sin embargo, a pesar de que es el mayor incremento en dos meses desde 1991, el sentimiento no es más alto que el previo a la pandemia. Es decir, la economía ha mejorado, pero el ánimo de los estadounidenses respecto a ella mejora quizá muy lentamente para favorecer a Joe Biden.

La adquirida, aunque todavía no percibida por la mayoría, mejora económica es uno de los logros del presidente que se resaltará para convertirlo en una de las razones de voto. Pero preocupa que, tras casi un año de comunicación de Bidenomics, esto todavía no dé resultados. Hoy, los americanos no creen que Bidenomics funcione, y no porque los indicadores no lo digan sino porque su realidad no lo demuestra, ni ellos lo sienten así. Aquí, será importante para los estrategas demócratas recordar que la economía también es emocional, susceptible a ánimos, historias y narrativas. Y lanzarse a contar más cosas, más allá de lo puramente económico. Por ejemplo, que Bidenomics ha recuperado el posiciionamiento de Estados Unidos como líder económico global y ha impactado en la economía europea, no para abordarlo desde lo económico o la política internacional, sino para apelar al sentimiento patriota americano y darle vuelta con evidencias al «Make America Great Again».

La percepción económica mejora lentamente y todavía queda tiempo para que siga mejorando. Más allá de los indicadores, hará falta impulsar el ánimo económico con un buen manejo de la narrativa económica para apelar a sentimientos de seguridad, estabilidad, orgullo o identidad, entre otros, con mensajes económicos y un plan amplio de difusión para llegar al votante real.

Sin embargo, lo cierto es que —al tratarse de una elección compleja— la economía debería ser una razón de fondo, pero no el centro de la estrategia de Biden. Un tema que debe estar bajo control, mejor bien que mal, para usarlo como base para construir una propuesta de campaña sólida. En ese sentido, la economía no es lo único ni es suficiente para ganar estas elecciones. Desde ya hay otros logros de su administración que se deben destacar, un posicionamiento a consolidar como defensor de la democracia, frentes de causas sensibles que se deben controlar (piénsese en la protección al derecho al aborto y otros derechos civiles, el descontento sobre la guerra en Gaza y el siempre espinoso tema de la inmigración) y, sobre todo, movilizar con una oferta para el futuro: Four more years, for what. 

En definitiva, la campaña demócrata tiene un arduo camino para convertir estos frentes en razones para votar por Biden, en lugar de solo buscar el voto en contra de Trump. Este ya fue el enfoque de las elecciones del 2020, y funcionó bien con el gobierno del republicano tan fresco en la memoria. Esta vez, con una campaña tan larga y la popularidad de Trump en ascenso, conviene volver a entusiasmar a la gente con Biden. La economía y las causas son la base, pero con un contrincante que ‘entretiene’ y genera tanto —para bien y para mal— en el público, buscar la perspectiva emocional de estos frentes y la conexión personal con el candidato será aún más importante que la economía por sí sola.

(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2024)

Fotografía: En colaboración con Frank van Hulst para Unsplash

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