Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2024, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.
Las encuestas son inequívocas: Donald Trump ganará casi con total seguridad las primarias republicanas y será el candidato de este partido en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses. No hay duda de que Trump está arrasando al resto de sus rivales. De hecho, todos han abandonado la campaña a primarias excepto Nikki Haley, ex embajadora de las Naciones Unidas y ex gobernadora de Carolina del Sur.
Se han realizado cuatro primarias (o caucus) hasta ahora: Iowa, New Hampshire, Nevada y Virgin Islands, con un arrasador resultado para Trump, que ha conseguido 110 delegados, por solo 20 de Halley, de los 142 delegados escogidos hasta ahora. Sin embargo, los delegados conseguidos por otros dos candidatos ya retirados, De Santis (9) y Ramaswamy (3), van a favor del expresidente, por lo que se podría decir que es un 110 a 20 o, lo que es lo mismo, que Trump dispone ya de un 85,9% de los delegados, por un 14,08% de Haley. No parece, además, en absoluto, que las cosas vayan a cambiar, aún más cuando Haley ha perdido —por mucho— en su propio estado natal, donde fue gobernadora, y cuando se está ya a la espera de su retirada de la campaña.
Es por ello que resulta irónico que, según diferentes encuestas, sea Nikki Haley quien pueda ganar a Biden, y no Trump (cuya diferencia está en solo uno o dos puntos porcentuales). Por ejemplo, una encuesta del 31 de enero de Quinnipiac muestra que, en un hipotético enfrentamiento entre el presidente Biden y la candidata Haley, el 47% de los votantes apoyaría a Haley y el 42% a Biden. Entre Trump y Biden, sería del 46% versus el 47%, respectivamente. En otra encuesta de la CBS, la diferencia entre Biden y Haley es 45% vs. 53%, otra victoria para la candidata. Pero, ¿qué hace a Haley tan especial? Usaremos la excusa de hablar de ello para entender algo que explica y resume muy bien este escenario electoral actual estadounidense: la segmentación y la polarización.
En primer lugar, hay que entender que son las mujeres las que votan más por los demócratas, pero esa cifra es especialmente importante cuando hay que decidir entre Trump y Biden. En ese caso, más mujeres apoyarían a Biden, para contrarrestar a Trump. En cambio, no sucede lo mismo con Haley, que es mujer y cuya candidatura no encuentra ese voto emocional anti Trump. Haley no moviliza un voto femenino en contra. Es una primera ventaja para la candidata.
Una segunda ventaja es que Haley recibiría muchos más votos de independientes y moderados que Trump pero, además, se los robaría al propio Biden, que es algo que Trump no consigue. La candidata atrae a más moderados e independientes, que no están tan polarizados y que, para no apoyar a Trump, iban a votar a Biden. Sin Trump ya no existe ese problema de moderación, puesto que Haley lo es (o al menos, lo es en comparación con el expresidente).
Una tercera ventaja es con los universitarios. Haley los atrae mucho más que Trump y, de nuevo, también le podría «robar» algunos votos a Biden en ese segmento poblacional.
Una cuarta ventaja es con votantes que quieren a un presidente empático. Las encuestas muestran que esa cualidad se percibe en Biden y en Haley, pero no en Trump o en DeSantis, por ejemplo.
Por supuesto, todo parece indicar que será Trump (que obviamente tiene otros públicos) quien venza en las primarias republicanas, pero no está de más observar cómo un cambio de candidato o candidata puede afectar a la segmentación electoral, o cómo cuanto más conocemos a nuestro público más podemos pensar en estrategias para llegar a ellos o, al menos, para no perder a ese público que podría hacernos ganar las elecciones presidenciales, o casi asegurarlas: mujeres, independientes, universitarios y empáticos. Otra opción es que Trump nombre a una candidata a vicepresidenta con esas cualidades, pero eso lo veremos en el futuro.
Fotografía: Wikipedia
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La conclusión es que el más beneficiado de que exista Trump sería Biden, si finalmente gana. Tengo curiosidad por ver qué ocurrirá!!