La urbanidad, los buenos modales, la moderación… ¿pueden ser valores competitivos en sociedades polarizadas y crispadas? El comedimiento es una cualidad especial: una efectiva mezcla de urbanidad y moderación. Una contención que busca no lesionar, no dañar de manera irreversible las relaciones —y especialmente— con los adversarios. Es el cuidado de las formas y de las palabras. Es una nueva radicalidad. Si, además, se combina con pragmatismo y una dosis de resiliencia adecuada… puede ser ganadora y superadora. Frente a la agresividad, comedimiento.
Una comunicación clara y ponderada permite a la ciudadanía conocer las opiniones y propuestas de los candidatos o candidatas, de gobernantes, de formaciones o partidos políticos y tomar decisiones con más información de calidad, y menos ruido distorsionador. Por eso la moderación se vuelve crucial. Implica actuar con prudencia, evitar el exceso de emociones y hacer un esfuerzo por encontrar soluciones de compromiso, en lugar de simplemente captar la atención en un determinado momento, abandonando la rigidez de los postulados únicos.
El comedimiento muestra e implica respeto, sensibilidad, empatía y valoración de aquellas opiniones y posturas que, aunque puedan ser muy distintas a las propias, merecen ser escuchadas con receptividad e inteligencia. La moderación contribuye al combate contra la polarización y el extremismo. Y cuando la comunicación política se vuelve demasiado apasionada e irracional, perdiendo el cauce, corre el riesgo de desbordarse y alejar (y alienar) a muchas de las personas que podrían acercarse con interés para trabajar juntos en proyectos compartidos.
La moderación puede volverse exigencia en un entorno donde es más importante que nunca fomentar la confianza en la política (y los políticos) y en las instituciones. Cuando estos actúan con moderación, la ciudadanía puede sentir que, finalmente, se están dando los pasos correctos para abordar sus preocupaciones desde la calma, seriamente y con fundamento. Ha llegado la hora de los moderados educados. La fuerza tranquila.
Publicado en: La Vanguardia (13.08.2024)
Fotografía: Rahul Saraf para Unsplash