Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2024, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.
1. ¿Cuántos son? Hay 36,2 millones de latinos habilitados para votar, lo que significa que representan el 14,71% del padrón electoral. Como muestra este gráfico del Pew Research, prácticamente duplicaron su peso en lo que va de siglo y eso que solo la mitad de la población latina tiene derechos políticos. Cada vez menos «minoría».
2. ¿Dónde están? El 65% de las y los latinos habilitados están concentrados en California, Texas, Florida, Nueva York y Arizona. Sin embargo, más interesante es mirar este mapa —también del Pew Research— que muestra el porcentaje de voto latino en cada estado. Por ejemplo, en Nuevo Mexico es el 45% del electorado, en California el 33% y en Texas el 32%. En Nevada y Arizona, dos de los swing states, representa el 22% y el 25%, respectivamente.
3. ¿Cómo son? En comparación con otros grupos, son más jóvenes (el 31% tiene menos de 29 años) y tienen menos estudios (el 17% no completó la secundaria). El 76% nació en Estados Unidos (segunda o tercera generación) y el restante 24% nació en otro país y se naturalizó estadounidense.
4. ¿Qué les preocupa? Les interesa la(s) política(s) de inmigración, pero no es lo único que tienen en la cabeza, como históricamente se pensó. De hecho, sus preocupaciones no difieren mucho de las del votante medio, tal como muestra la última encuesta de Univision y YouGov: inflación, empleo y economía, inmigración, aborto y sanidad.
5. ¿A quién votan? Los de origen mexicano, centroamericano y puertorriqueño tienden a apoyar más al partido Demócrata; mientras que los que tienen raíces cubanas, venezolanas e incluso colombianas están hoy más cerca del Partido Republicano. Sin embargo, el conjunto es mayoritariamente demócrata, aunque su apoyo venga en picada: Biden se quedó con el 61% del voto latino en 2020 (36% para Donald Trump), Hillary con el 66% en 2016 y Obama con el 71% en 2012. Con Biden y RFK Jr. en carrera, el voto latino estaba empatado, algo que nunca había estado ni cerca. La nominación de Kamala Harris inclinó la balanza y las últimas encuestas la muestran con 55% de intención de voto entre el electorado latino, pero todavía está lejos de las cifras históricas del Partido Demócrata. Según AXIOS, debería llegar al 64% para aumentar las probabilidades de victoria.
6. Pero… ¿votan? Entre las y los latinos que están habilitados para votar, solo el 53,7% acabó votando en 2020, y eso, aunque parezca poco, significó un récord de registro y participación.
¿Cómo llegar al electorado latino?
1. Evitando el estereotipo. La comunidad latina no es homogénea, ni es la misma que era veinte años atrás. Mike Madrid, que trabajó durante décadas para el Partido Republicano en California, publicó un libro, titulado The Latino Century (2024), en el que sostiene que cada vez se parecen más a los demócratas conservadores que apoyaron a Reagan en los ochenta. Conscientes de esto y preocupados por la pérdida de apoyo latino, los demócratas cambiaron su estrategia y comenzaron a «tratarlos como a todos los demás», como explica la periodista Jennifer Medina.
2. Hablándoles de todo, incluido inmigración. Los latinos, como veíamos antes, tienen las mismas preocupaciones que otros grupos. La inmigración ilegal es una de ellas. Kamala Harris, a quien los republicanos bautizaron «zar de la frontera» y responsabilizan de una «política de fronteras abiertas», está endureciendo poco a poco su discurso. Mostró su apoyo al proyecto de seguridad fronteriza y en mítines está recordando que, cuando fue fiscal en California, enfrentó a los cárteles de la droga y encarceló a miembros de pandillas.
3. Con guiños culturales. Ocasio-Cortez, de origen latino, cuenta que decidió no incluir palabras en español en su discurso durante la Convención Demócrata para no ser (o parecer) condescendiente. Un reflejo del cambio de paradigma. Ahora, esto no quiere decir que puedan hacerse pequeños guiños identitarios, como el uso del spanglish en algunos contenidos, como ya explicó Antoni Gutiérrez-Rubí.
4. Con empatía. Kamala no es latina, pero su historia de superación conecta con muchos y genera identificación. El denominador común son las raíces migrantes, algo que aparece en los spots biográficas que están circulando desde principios de agosto: «Cuando te cría una madre inmigrante, aprendes que todo es posible con determinación».
5. En sus medios y con sus mediadores. A finales del año pasado, Trump le dio una entrevista a Enrique Acevedo de TelevisaUnivision. El objetivo, en palabras del periodista, era «que los latinos tuvieran la oportunidad de escuchar al expresidente». Del lado demócrata, en la Convención jugaron un importante papel los influencers latinos, como los activistas Olivia Julianna y Carlos Espina, y antes habían anunciado el endorsement de The League of United Latin American Citizens (LULAC), una organización que lleva casi 100 años defendiendo los derechos de la comunidad y que nunca había respaldado una candidatura.
6. Creando comunidades. La campaña de Harris-Walz lanzó un canal de WhatsApp y organizó zooms multitudinarios para recaudar dinero. Mientras, Trump hizo un rebranding de su estrategia: de «Latinos for Trump» a «Latino Americans for Trump». Con este cambio buscaban diferenciarse de la campaña demócrata y lanzar un inesperado mensaje de inclusión: «Latinos are already American».
Fotografía: GPA Photo Archive en Flickr
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