Resumen semanal de la actualidad asociada a las ELECCIONES USA 2024.
Lo nuevo
¿Por dónde va la campaña? Estamos en un momento de «calma tensa» antes del primer debate de la próxima semana en que, tras las convenciones, los candidatos se centran en los estados clave, pero con estrategias divergentes. Harris busca consolidar una coalición amplia con moderación y minimalismo, mientras que Trump confía en movilizar a su base con un mensaje combativo y polarizador. En otras palabras: Harris los quiere a todos, Trump a los suyos. Hablemos de ello.
Kamala Harris apuesta por un minimalismo progresista. En lugar de abordar todas las demandas de los diversos grupos de interés dentro del Partido Demócrata, su campaña se limita a temas que generan consenso y evita los asuntos más divisivos. Este enfoque le permite simplificar su mensaje y presentarse como una candidata que puede unir a los demócratas sin caer en debates ideológicos que alejan a los votantes moderados.
Harris se concentra en restaurar Roe v. Wade, proteger los derechos de la clase media y, sobre todo, en impedir el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Mantiene una postura calculadamente ambigua en otros temas candentes, evitando palabras que puedan encender debates internos o dividir a su base. Al deshacerse del exceso de propuestas, Harris logra proyectar una imagen de moderación sin necesidad de enfrentarse directamente con las facciones más progresistas de su partido.
Este enfoque minimalista también genera un efecto colateral positivo entre los demócratas: alivio ideológico. Los seguidores de Harris sienten una mayor libertad al no tener que adherirse a todas las posiciones progresistas de manera estricta, lo que trae consigo una sensación de relajación y entusiasmo en su base electoral.
Donald Trump, por su parte, se apoya en lo que David Brooks denomina los «cinco motores del trumpismo». Estos pilares son fundamentales para atraer a un electorado que se siente desilusionado con el estado actual del país y con las élites políticas y económicas. Y que, sobre todo, ama a Trump. No son votantes, son fans.
- Hablar de economía. Trump promueve el modelo económico republicano básico: menos impuestos y menos intervención estatal.
- Contra la casta. Trump explota el resentimiento de la clase trabajadora hacia las élites formadas que dominan el Partido Demócrata y las instituciones del país.
- La tradición por bandera. La campaña de Trump subraya la importancia de los valores tradicionales, conectando estos con las preocupaciones económicas de los votantes de la clase trabajadora.
- Profundizar en la frustración. Trump capitaliza la frustración de los votantes que sienten que el sistema político está roto y que la élite no los representa.
- Temor al progresismo. Trump critica a los demócratas por estar atrapados en su «burbuja progresista», desconectados de las preocupaciones reales del votante promedio en estados clave.
Trump se apoya en estos motores subyacentes de descontento populista para movilizar a su base y atraer a votantes desencantados. Ha asumido que no quiere ganar el voto popular, sino afianzar los estados clave suficientes para volver a la Casa Blanca.
El dato
A medida que se acercan las elecciones, proliferan las encuestas. Todas muestran una carrera muy ajustada y una campaña intensa en estos próximos dos meses.
La última encuesta de CNN con SSRS Research muestra unos estados clave de los más ajustados.
Pero hay otro dato muy interesante: ¿qué factor de decisión del voto es relevante en uno u otro Estado? La economía gana en todos, seguidos de la «protección de la democracia». Aparentemente, podríamos pensar que se trata de los temas que uno y otro partido han tratado de poner encima de la mesa durante sus campañas. Los republicanos quieren hablar de lo mal que va la economía (y de la incapacidad demócrata para controlarla) mientras que los de Harris quieren presentar a Trump como una amenaza para la democracia.
Pera hay algo curioso: los republicanos han logrado que Trump sea vea como el más capacitado para gestionar la economía. Pero, que Harris protege la democracia mejor que su adversario, no genera tanto consenso.
La anécdota
El martes 10, a ocho semanas de las elecciones, se celebra el primer debate presidencial entre Harris y Trump. Mucha es la expectación después de que el último debate entre Trump y Biden supusiera un antes y un después.
En las negociaciones previas ha pasado algo paradójico. El equipo de Trump ha pedido que los micrófonos estén silenciados cuando el oponente tenga el turno. Limitar los conocidos como «hot mic moments» o zascas en un lenguaje más coloquial. ¿Por qué es interesante?
Porque en el debate de junio fue el equipo de Biden quien pidió que se silenciaran los micrófonos, y ahora es el de Trump. En junio, Trump era alguien mucho más ágil mentalmente que su oponente, pero ahora su equipo no las tiene todas consigo.
Por un lado, no quieren perder el tono moderado que mostró en junio (y saben que Trump no tiene demasiado autocontrol) y, por el otro, temen que Harris sea mucho más ágil que Trump para dar respuestas espontáneas que se viralicen. En otras palabras, temen que se note que ahora el candidato octogenario es el republicano.
(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2024)
Fotografía: White House – Pexels