Dick Morris es probablemente uno de los consultores norteamericanos más conocidos. En los noventa asesoró a Bill Clinton y desarrolló la teoría de la triangulación, que consiste en adoptar ideas o propuestas del adversario para disputarle su base de apoyo. Tras una dura derrota electoral en las midterm de 1994, el entonces presidente Clinton hizo propias algunas ideas y propuestas generalmente asociadas a los republicanos, como, por ejemplo, la desregulación de la economía, y así pudo atraer a conservadores moderados y conseguir la reelección.
Años después, Morris se convirtió en asesor de Donald Trump y en uno de los artífices de su histórica y sorprendente victoria de 2016, precisamente, frente a la esposa de quien había sido su cliente, Hillary Clinton. Siguió trabajando muy cerca del republicano e incluso publicó un libro en 2022 en el que pronosticaba que Trump volverá a ser presidente: The Return.
¿Cómo es que la teoría que creó uno de los actuales asesores de Donald Trump es una de las estrategias clave de la campaña demócrata?
La campaña de Kamala Harris está aplicando la «triangulación» en todo el país, especialmente, en los estados reñidos del conocido como Cinturón del Acero: Pensilvania, Michigan y Wisconsin. Históricamente, eran territorio demócrata, pero desde 2016 son swing states, debido al éxito de Donald Trump entre los hombres blancos de clase trabajadora.
La triangulación de Harris incluye acciones, mensajes, contenidos y propuestas que buscan despertar la atención de esos ciudadanos que apoyan a Trump o que se sienten atraídos por algunas de sus ideas.
1. La triangulación con acciones. La elección de Tim Walz como candidato a vicepresidente no ha sido aleatoria. Para nada. Nacido en Nebraska —pleno midwest—, padre de familia, aficionado a la caza y entrenador de un equipo de fútbol americano de instituto, es un perfil con el que los hombres blancos de clase media pueden sentirse plenamente identificados.
A Walz se suman otros personajes afines a estos electores que acompañan o representan a la candidata: su esposo, Doug Emhoff, que es presentado como un exitoso abogado, gobernadores como Josh Shapiro, Gavin Newsom y Roy Cooper, y celebrities como el entrenador de la selección de baloncesto, Steve Kerr, que tuvo un espacio central en la Convención Demócrata. A esto se añade la oleada de apoyos explícitos de figuras y funcionarios del Partido Republicano, entre los que destaca Dick Cheney, quien fuera vicepresidente de George W. Bush. Dime quién te apoya y te diré… quién es tu target.
2. La triangulación con mensajes. Los demócratas han arrebatado a la derecha el frame de “libertad”. Fue el concepto del primer spot de campaña de Kamala y la palabra más usada en la convención. Incluso sus argumentos sobre el derecho al aborto ahora se enfocan desde una perspectiva libertaria: «Mind your own damn business».
No solo eso. También hay cambios en el discurso demócrata sobre política fiscal. Harris se presenta como la candidata que bajará los impuestos a la clase media y advierte que la subida de los aranceles que propone su rival para las importaciones se transformará en un Trump Tax.
3. La triangulación con contenidos. Los contenidos biográficos de Kamala Harris ponen el acento en sus orígenes de clase media y no tanto en la diversidad de su familia, y menos en su condición de hija de migrantes. Este giro estratégico respecto a las primarias de 2020 le permite apelar a ese votante del Cinturón de Acero.
A nivel de merchandising (ya no contenidos sino productos), la campaña demócrata ha incorporado gorras y chalecos con una estética inspirada en la caza y la cultura de las armas.
4. La triangulación con propuestas. Los demócratas no han dudado en emular algunas cosas que le funcionan a su rival. Trump intentó atraer a los camareros proponiendo quitar los impuestos a las propinas y Harris, poco después, planteó exactamente lo mismo. El republicano ha apoyado públicamente las criptomonedas para aumentar su popularidad entre los hombres jóvenes y, días más tarde, la demócrata también respaldó esas transacciones digitales. También Harris moderó su posición sobre la transición energética y cambió de opinión respecto al fracking, una técnica que casualmente es clave en Pensilvania, el segundo mayor productor de gas natural de Estados Unidos.
La campaña probablemente se defina en esos tres estados (Pensilvania, Michigan y Wisconsin), y con los pocos votantes indecisos que todavía quedan. Lo saben en el war room demócrata y no dudan en recuperar la estrategia de la triangulación, aunque hoy su creador esté del otro lado. ¿Será suficiente?
Publicado en: El País – #ElPaísUS (29.09.2024)
Imagen: Pixabay