La demoscopia tradicional ha recibido algunas críticas por sus recientes errores en las elecciones españolas, las últimas elecciones británicas o el referéndum del Brexit. A pesar de que el método se ha ido adaptando y mejorando, y de que es la herramienta de predicción electoral más precisa, no son pocos los que ponen en duda la fiabilidad de los sondeos.
Hay mucha literatura y la idea no es extenderse en ello, pero lo cierto es que existen algunos interrogantes para los que la identificación de señales de los sondeos parece no tener respuesta. Desde problemáticas que han venido ocurriendo siempre, comoencuestados que falsean con su intención de voto (IDV), problemas para traducir esa IDV en una estimación aproximada de escaños o tendencias globales y mediáticas que provocan que los encuestadores se fíen más de la tendencia que de los datos (un ejemplo sería el sorpasso de Podemos que se dio por hecho en casi todos los sondeos en España), hasta problemas coyunturales muy vinculados a la situación política actual, como la aparición de nuevas fuerzas políticas o el cambio de comportamiento de determinados electorados.
Quizá ha llegado el momento de abrir la demoscopia a nuevos entornos, nuevos datos que complementen el análisis y lo hagan más certero. Como apunta López-Zafra, «en un mundo donde todos los días, a todas horas, los votantes dejan un rastro digital, triunfará quien sea capaz de identificar el comportamiento de cada segmento de votantes». Es posible que este rastro digital nos dé las pistas que la demoscopia tradicional no parece identificar.
Existen varios métodos o tipos de información que nos pueden ser de utilidad para mejorar nuestra capacidad de predicción. De momento, ninguno de estos métodos es capaz de emular la rigurosidad estadística de los sondeos —en términos de muestreo y de obtención de información (diseño de cuestionarios)— pero sí que nos ofrecen información con matices que escapan a los sondeos y que en muchos casos se acercan de igual forma al resultado final.
Un buen ejemplo es la capacidad de Google para predecir los resultados electorales e incluso, en un sistema electoral como el inglés, hacerlo con un nivel de acierto altísimo. También Twitter podría convertirse, con los sistemas de medición adecuados, en una herramienta útil para recoger tendencias a partir de las relaciones y conversaciones que se desarrollan en esta red. Parece claro que la demoscopia ya no se puede definir sólo a través de opiniones, ahora también podemos medir los intereses y el comportamiento de los ciudadanos.
Otra herramienta de la que aún hay mucho por descubrir son los mercados de predicción. Capaces de agregar opiniones de un gran número de participantes, que votan en función de incentivos (como dinero), también se han demostrado como un método fiable para pronosticar resultados. Su secreto está en un hecho muy simple: «Opinamos sobre ideales, pero apostamos sobre creencias». Los individuos somos más racionales cuando existen incentivos de por medio.
Otros métodos, como las aplicaciones de orientación del voto, de las que ya se ha probado su efecto en el comportamiento electoral, o el análisis de las pautas de consumo en sitios web tan extendidos como Amazon, pueden ayudarnos a predecir el auge de nuevas movilizaciones sociales o de las grandes tendencias políticas. Son sólo algunos ejemplos de un enorme campo que poco a poco se va abriendo ante nosotros y que promete descubrirnos matices que hasta ahora eran impensables.
Publicado en: Overview (Aristegui Noticias, 6.07.2016)
Artículos de interés:
– Demoscopia: El año de las encuestas (Sandra León. El País, 21.12.2016)
– Breve historia de las encuestas: El arte de observar a la democracia (I) (Yamil Nares. Letras Libres, 27.02.2018)
– Breve historia de las encuestas: El arte de observar a la democracia (II) (Yamil Nares. Letras Libres, 6.03.2018)
Los ciudadanos organizados en nuestra comunidades nos movemos lenta y subterráneamente ,podemos saber el futuro ,conocemos las necesidades
El gran secreto está en oírlos oportunamente para que la autoridad pueda corregir el rumbo
Las necesidades de la comunidad son diferentes a las necesidades que definen los académicos
Esa es una de la razones porque los encuestadores se equivocan en todo el mundo
El pueblo trabaja con el futuro y el académico político trabaja con el pasado.