La que fue ministra de Justicia de Francia (2012-2016) en el Gobierno de François Hollande, Christiane Taubira, ha vuelto a la actualidad política. Durante su mandato lideró y se aprobó el proyecto de ley que abría el matrimonio a las parejas del mismo sexo, y que describió como una «reforma de la civilización». Durante los debates en el Parlamento (diez días de maratón parlamentario y con sesiones de madrugada incluidas), sus brillantes intervenciones, sin notas previas y con abundantes referencias poéticas —desde León-Gontran Damas o Emmanuel Lévinas hasta Antonio Machado—, le granjearon una enorme popularidad por su bellísima oratoria y su determinación política.
Ahora Taubira ha sacudido el mustio espacio de la izquierda y puede servir de revulsivo para una izquierda que, dividida, agoniza, siempre y cuando consiga reunir tras de sí a todas las fuerzas de la moribunda izquierda francesa. «Siempre he dicho que asumiré mis responsabilidades. Veo el callejón sin salida en el que estamos. Por ello, planeo ser candidata a las elecciones presidenciales de la República Francesa».
Taubira recoge el guante de la candidata del Partido Socialista y alcaldesa de París, Anne Hidalgo (hoy con solo el 5% de intención de voto), que ha abogado una vez más por la celebración de unas primarias entre todos los partidos de izquierda para acumular fuerzas. La exministra, en su reciente vídeo de lanzamiento, ha afirmado: «Hay candidatos de gran valor, con quienes tengo estima y amistad. Pero veo el estancamiento. No voy a ser otra candidata más. Echaré mano de todas mis fuerzas para agotar hasta la última posibilidad de un consenso, y nos veremos de nuevo a mediados de enero».
Taubira no se refirió directamente a su posible participación en la Primaire Populaire, una sugerente iniciativa ciudadana para escoger un candidato único de la izquierda para las presidenciales del 2022 y que ya cuenta con 300.000 personas inscritas.
John Fitzgerald Kennedy afirmaba que «si hubiera más políticos que supieran poesía y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar un poco mejor para vivir en él». No sabemos cómo seguirá el reto de Taubira, pero volver a recuperar la presencia de una política que cuida y ama las palabras como ella es una fuente de esperanza.
Publicado en: La Vanguardia (30.12.2021)
Fotografía: Alice Triquet para Unsplash
Uno de los grandes problemas que tenemos en estos momentos son las expectativas, aunque es inevitable tener expectativas con personas de este calado!!!! Prometo no tener muchas expectativas, aunque estaré expectante ante todo lo que esta mujer pueda aportarnos!!