Aquí tenéis la introducción al Monográfico de David Rey. Y podéis acceder al documento .PDF del Monográfico completo. A continuación reproduzco mi artículo:
Hablemos claro: ¿y si forzamos la apertura? Protección a los whistleblower
«Cualquier poder tiende a ir hasta al límite de su poder. ¡Ha llegado la hora de la vigilancia!». Tucídides
1. Orígenes del término whistleblower
«A principios de los años sesenta, en Estados Unidos, apareció una figura que hoy aún existe en la prensa: el whistleblower —silbatero—, que en español podría traducirse como soplón, pero sería inexacto. Se les dio ese nombre porque se supone que era gente patriota dentro del sistema, harta de los abusos. El whistleblower más famoso es aquel que sopló y divulgó a los periodistas Woodward y Bernstein las maldades de los colaboradores del presidente Nixon, lo cual nos llevó al Watergate. Había un sinfín de empleados, del Pentágono, por ejemplo, que filtraban a columnistas escogidos abusos de inventario, de presupuesto o de utilización de fondos, pero siempre mantenían la reserva de su jefe o de su agencia. Se interesaban por la fiscalización de la Administración pública, cosa que le viene bien a todas las sociedades.» Así lo explicaba, el pasado mes de diciembre de 2013, Jon Lee Anderson, el gran icono del periodismo narrativo y de investigación, en una conversación [i] que sostuvo durante el primer seminario internacional «El estado del periodismo y los medios», organizado por el CIDE en México. Desde entonces, el término —y su significado político y periodístico— ha adquirido nuevas dimensiones gracias a la potencia digital de nuestra sociedad conectada y a la enorme cantidad de datos y registros disponibles…. y accesibles. También a su vulnerabilidad y al efecto troyano que los nuevos whistleblowers contemporáneos están desarrollando.
2. WikiLeaks
El 5 de abril de 2010, WikiLeaks publicó un video clasificado: Collateral Murder. El video fue adquirido por WikiLeaks en 2009 a una fuente anónima. «Las imágenes fueron tomadas desde el mismo helicóptero del ataque con un tiempo de duración de 40 minutos y describe el incidente de manera clara y completa. Este incluye también la transmisión radial desde y hacia el helicóptero entre los oficiales. La agencia Reuters citó una fuente anónima en la cual se confirma la autenticidad del video y del audio», según Wikipedia. La publicación del vídeo se produjo el 5 de abril, el 25 de abril de 2010 se habían publicado 92.000 documentos sobre la guerra de Afganistán y 391.000 documentos sobre la guerra de Irak. WikiLeaks es símbolo de una respuesta triple: frente a la política cómplice, frente a las corporaciones abusivas y frente a los medios claudicantes. La política en la era de WikiLeaks cambiará radicalmente porque el modelo de la propia web, que se presenta a sí mismo como «grupo dedicado a defender fuentes de información y que actúa como un servicio público internacional diseñado para proteger a delatores, periodistas y activistas», cambia las reglas del juego de los medios de comunicación, atacando al corazón de su negocio: la exclusividad y la intermediación. La cultura WikiLeaks desafía porque sabe y puede. Y porque golpea donde más duele: en la concepción de qué es secreto. Que es lo mismo que decir: qué, quién, por qué y cómo se vigila lo que debe protegerse de la audiencia pública.
Los whistleblowers digitales entienden las dinámicas que se producen a través de la Red. Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, está detenido pero podría ganar la guerra, ya que sus oponentes no han calibrado bien cuál es la naturaleza de los contendientes, ni el escenario de operaciones ni las armas. Esta batalla la puede ganar un ejército anónimo y global capaz de hacer frente a quien pretenda impedir la libertad en internet. En realidad, el combate que se está librando no es sobre la libertad de Assange ni sobre su moral, sino sobre el control en la red. Y WikiLeaks está ganando, de momento, la guerra de la información. La respuesta de los internautas no se ha hecho esperar, con una amplia y variada gama de reacciones.
La descentralización. La página de WikiLeaks ya ha pasado de los 1.000 mirrors (copias exactas del sitio), lo que hace descentralizada su presencia y dificulta la extirpación judicial, política o técnica.
La solidaridad. Los usuarios de Twitter y Facebook están en plena ofensiva contra cualquier intento de estas redes que pretenda minimizar −y mucho menos censurar− la respuesta de los ciberactivistas. Los hashtags a favor de WikiLeaks han conseguido Trending Topics mundial. No hay quien pueda callar el grito digital global.
El hackeo. Algunas organizaciones han ido más allá y han lanzado ataques [ii] a las páginas o instituciones que se han añadido a la ofensiva contra WikiLeaks. La capacidad de organizar un ataque simultáneo a los servidores de estas compañías, hasta bloquearlos y dejarlos fuera de servicio, es una respuesta contundente que notarán en términos de resultados económicos o imagen pública.
La contrainformación. WikiLeaks ha contraatacado revelando curiosas coincidencias diplomáticas y comerciales del Gobierno de EEUU con VISA y Mastercard, las mismas compañías que han bloqueado las fuentes de financiación independiente de la organización.
La simpatía. Puede que Assange sea un tipo fascinante o perturbador. Es igual. La justicia o su reputación pública ya decidirán y emitirán su veredicto. Pero a ojos de millones de ciudadanos en el mundo es un símbolo de la libertad. Un Robin Hood digital que roba información a los poderosos para dársela al pueblo. Encabeza también la votación popular en Time como personaje del año. Alguien no ha entendido que la fuerza, el poder, el dinero o el tamaño ya no ganan las batallas de la libertad y la información en la Sociedad Red. Seguramente, nada es casual y esta ciberguerra global entre David y Goliat tiene otros beneficiarios que no dan la cara. No importa. La libertad va a ganar, aunque Assange siga detenido, acusado y finalmente condenado. Ningún presunto delito suyo podrá tapar la gran verdad: la información libre se abre paso a pesar de intereses y poderes. El mundo obediente, cautivo (y censurado), se acabó. Esto es solo el principio, como hemos visto en el caso Edward Snowden [iii], el ex técnico de la CIA que trabajó como consultor para la NSA acusado de espionaje por Estados Unidos.
3. El papel del periodismo para revelar información y del activismo comprometido: periodistas y activistas, juntos.
El papel del periodismo como instrumento de activismo, en apoyo a la tarea de los «soplones», es relevante. Las tradicionales fuentes son, ahora, redes de cómplices ciudadanas, activistas de denuncias y grupos de profesionales comprometidos, con fuertes apoyos de filantropía o crodwfunding social y de base. Seis ejemplos reveladores.
a) Fíltrala. En el actual contexto social en el que nos encontramos, marcado por casos de corrupción y crisis generalizada, surgen plataformas [iv] como Fíltrala, un proyecto para realizar filtraciones a la prensa, concebida como una herramienta en favor del periodismo participativo. «La verdad es un derecho humano, Fíltrala», es el lema que podemos encontrar en la página de esta plataforma independiente de denuncia ciudadana, en la que cualquiera puede enviar de manera segura y anónima información que permita demostrar casos de corrupción, abusos o violaciones de los derechos fundamentales. (https://twitter.com/Filtrala)
b) Quién manda. Es un mapa del poder en España desarrollado por Civio con tres objetivos: poner luz sobre esos vínculos (poder político, poder económico), que se regule el lobby y que se publiquen las agendas de trabajo completas de los cargos públicos. Todo lo que se encuentra en esta web está documentado, aseguran sus promotores. Civio es una organización sin ánimo de lucro que lucha por lograr una mejor democracia, y que se autodefine así: «Trabajamos para que exista una transparencia real y un libre acceso a los datos públicos por parte de cualquier ciudadano u organización. Creemos en una sociedad construida por una ciudadanía activa y participativa con una fuerte responsabilidad democrática.» (http://quienmanda.es)
c) Minileaks. Es una iniciativa web española que buscaba promover la transparencia y honestidad en la sociedad a través de la publicación de documentación relevante. Cualquiera podía proponer y enviar información. Cuantas más pruebas, mejor. Cuanta más documentación, mayor impacto. En Minileaks se podían denunciar desde abusos, injusticias en el trabajo o en medios de comunicación o empresas, o gobiernos… a cualquier queja menor (como el hecho de servir alcohol adulterado en un bar, o de renovar en un hospital −y de modo excesivo− ciertos componentes, para lucro de quien no lo merece). (http://mini-leaks.com)
Su objetivo era que las personas que denunciaban (siempre anónimamente) tuvieran visibilidad, el primer paso para que se escuche la queja y se haga justicia. Minileaks valoraba el interés de los documentos enviados e intentaba recoger las versiones de las partes implicadas antes de proceder a su publicación, con la idea de garantizar en la medida de lo posible, la veracidad de los datos. La efectividad e impacto de Minileaks dependía del uso y relevancia que le otorgaran los propios ciudadanos.
Este proyecto tuvo que cerrar a finales de 2013, mostrando paradigmáticamente, todas las dificultades a las que se enfrentan estas iniciativas cuando tienen pocos recursos humanos, materiales y «sociales». Esta fue su última entrada: «MINILEAKS ha publicado cerca de 50 artículos durante sus 19 meses de existencia. Ante la dificultad de hacer sostenible en el plano económico el esfuerzo necesario para hacer trabajo periodístico riguroso se ha tomado la decisión de no continuar con el proyecto. Estimamos que en el campo de los medios de comunicación están naciendo nuevos medios que podrán realizar una función crítica que el periodismo había olvidado, a la que esperamos haber aportado algo con nuestro esfuerzo.»
d) Anuario Mèdia.cat. El Anuario Mèdia.cat es un proyecto de periodismo de investigación del observatorio crítico Mèdia.cat, impulsado por el Grupo de Periodistas Ramon Barnils con el apoyo de la Fundación Catalunya para sacar a la luz 15 temas silenciados por los medios de comunicación catalanes durante el año 2013. Sus impulsores creen en el «periodismo de investigación crítico y riguroso» y lo llevan a la pràctica de forma colaborativa. El Anuario de 2014 presentará quince reportajes en profundidad sobre quince temas que durante el año 2013 no han sido portada de ningún diario ni han abierto ningún informativo. El objetivo es conseguir situarlos en la agenda de los medios y llenar los vacíos que dejan los silencios con periodismo crítico.
Este año, el Anuario amplía los apoyos del ámbito docente hasta seis universidades. Repiten la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad de Valencia y la Universidad de Vic, y se incorporan al proyecto la Universidad Ramon Llull y la Universidad de Lleida. El equipo de redacción de Mèdia.cat y del Anuario han trabajado con una lista con un centenar de candidatos a «tema silenciado». Para elaborar la lista, han ido monitorizando la actualidad durante todo el año 2013 y seleccionando aquellos temas que han tenido menos eco. También han hecho un vaciado de diversas publicaciones, han realizado una serie de contactos con periodistas que trabajan en medios y entrevistas con diversos colectivos sociales para averiguar cuáles han sido las materias que, según su parecer, han tenido menos espacio en los media.
e) ICIJ. Una filtración de más de dos millones y medio de archivos ha dejado al descubierto a un gran número de empresas, sociedades y particulares de todo el mundo que operan en paraísos fiscales. El hallazgo es el resultado del trabajo de 86 periodistas en 46 países a lo largo de 15 meses, todos ellos pertenecientes al Consorcio Internacional para Periodistas de Investigación (ICIJ). Entre los artífices de la investigación está Mar Cabra: «El de los paraísos fiscales es un mundo opaco del que no sabemos nada y un coladero para el fraude», afirmaba en declaraciones a infoLibre [v].
«El Tax Justice Network –un grupo de investigadores y activistas dedicados al estudio de la evasión fiscal– tiene un informe con cifras desoladoras: un tercio de la riqueza mundial se guarda en paraísos fiscales y el 50 % del comercio ocurre allí», asegura la investigadora. Y el gran problema es que, según sus palabras, son «agujeros negros donde puede ocurrir cualquier cosa». Mar Cabra señala que hay quien utiliza paraísos fiscales con propósitos legales y lícitos, aunque lo cierto es que el oscurantismo reinante «ayuda a los motivos ilícitos.» La consecuencia más evidente es que la recaudación de impuestos disminuye: «La opacidad es lo peor que puede suceder para que tengamos problemas económicos».
4. Soplones… también en las empresas
Las consecuencias penales de los delitos cometidos en el seno de las compañías están alentando la implantación de canales de denuncia para que los trabajadores puedan delatar prácticas irregulares. «Las últimas reformas del Código Penal —la ya aprobada y la que se está tramitando actualmente— han suavizado las penas para los fraudes en empresas que hayan adoptado medidas de prevención, lo que ha motivado una mayor concienciación en las organizaciones sobre estas cuestiones», informaba en abril el diario Expansión [vi]. «No en vano, más del 50 % de los chivatazos sobre conductas irregulares en las organizaciones se canaliza a través de los empleados, según un estudio de ACFE (Association of Certified Fraud Examiners) en el mundo». En Estados Unidos, por ejemplo, la agencia federal encargada de la supervisión de los mercados financieros (SEC) exige estas medidas a las empresas bajo su control. En estos casos, el soplón ya no es un traidor… sino alguien que protege a su propia compañía impidiendo que sus directivos, o sus prácticas, sean ilegales y perjudiquen a los accionistas, empleados, clientes y usuarios de sus productos y servicios. El soplón estaría, pues, protegido; y la garantía de que existe este procedimiento sería un indicador de calidad y de confianza. Y un requisito legal, cada vez más extendido.
Iniciativas como e-Discovery [vii], en un sentido inverso, muestran la capacidad tecnológica para rastrear, identificar y analizar el delito y el fraude por parte de gobiernos y fuerzas de seguridad a nivel nacional o internacional. También son una demostración del enorme poder de vigilancia y contravigilancia que los ciudadanos, las empresas y los gobiernos pueden ejercer, los unos sobre los otros, en un nuevo equilibrio de poderes y contrapoderes, donde los medios (los tradicionales y las nuevas formas de periodismo) tienen un papel determinante.
5. ¿La sociedad de la delación… o de la transparencia?
Todas estas iniciativas tan diversas y con registros y matices significativos forman parte de la demanda de nuestras sociedades en una nueva energía democratizadora. Si la libertad de prensa, de asociación o de opinión ha configurado el indicador más solvente de nuestras democracias, la irrupción de la libertad (y transparencia y accesibilidad) de la información y los datos configura una nueva etapa de conciencia democratizadora. Y emergen, de manera coordinada y transnacional, iniciativas cívicas con fuertes compromisos profesionales. Un ejemplo es la Open Knowledge Foundation que tiene sus orígenes en Cambridge en 2004. Esta organización sin ánimo de lucro nació para defender el ‘conocimiento libre’: «cualquier material, dato o contenido libre para que cualquiera pueda usarlo, rehusarlo o redistribuirlo sin restricciones». Los ejes de trabajo de la organización tienen como objetivo la mejora del gobierno (transparencia y compromiso), la cultura (acceso, intercambio y participación), la investigación (los resultados de esta deben estar abiertos) y la economía (reutilización más fácil y rápida para el desarrollo de nuevas herramientas y servicios innovadores).
Los whistleblowers necesitan protección (legal), colaboración (ciudadana) y reconocimiento (público), como el que recibió el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) que ha sido doblemente premiado por la investigación sobre paraísos fiscales, Secrecy for Sale: Inside the Global Offshore Money, que presentó en abril de 2013. Por un lado, la Scripps Howard Foundation consideró que la investigación merecía ganar bajo la categoría «Negocios/Economía». Y, por el otro, el Investigative Reporters&Editors, dentro de la categoría «Multiplatform-Large» le ha concedido el primer premio.
No hay otro camino, aunque no está exento de contradicciones y posibles excesos o deformaciones. La sociedad de la delación tiene retos y riesgos. Pero como decía Tucídides mientras que «cualquier poder tiende a ir hasta al límite de su poder», a los ciudadanos no nos queda otra opción, por el momento, que: «¡Ha llegado la hora de la vigilancia!»
Publicado en: revista Actualidad Administrativa nº 7. Monográfico Gobierno Abierto y Open Data (coordinado por David Rey Jordan)
[i] La narración es la madre del periodismo. Entrevista con Jon Lee Anderson (Nexos, 1.12.2013)
http://www.nexos.com.mx/?p=15595
[ii] Los partidarios del jefe de Wikileaks asaltan internet (El Periódico, 9.12.2010)
http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/20101209/los-partidarios-del-jefe-wikileaks-asaltan-internet/616606.shtml
[iii] Cronología del ‘caso Snowden’, el joven que reveló el espionaje masivo de Estados Unidos (20minutos.es, 7.07.2013)
[iv] @Fíltrala: una plataforma de denuncia ciudadana para realizar filtraciones a la prensa (periodismociudadano.com, 7.05.2014)
[v] Un grupo de periodistas destapa a más de 70 españoles con sociedades en paraísos fiscales (infoLibre, 19.04.2013)
[vi] Garantías legales para ser el ‘soplón’ de la empresa (Expansión, 27.04.2014)
http://www.expansion.com/2014/04/24/juridico/1398359438.html
[vii] Electronic Discovery: un catalizador en la investigación de fraudes (Expansión, 23.04.2014)
http://www.expansion.com/2014/04/23/juridico/1398274207.html
Fotografía: Sander Sammy para Unsplash
Enlaces de interés:
– Los whistleblowers españoles, desprotegidos en Europa (Inteligencia & Investigación, 12.09.2014)
– Whistleblowing Protection Laws in Europe (mapa por países)
– Associated Whistleblowing Press– AWP (@wbpress)
– La regulación de los whistleblowers (Adrián Todolí. Agenda Pública, 12.09.2015)
– El BCE potencia su canal de denuncias confidenciales (Rosa María Sánchez. El Periódico, 15.09.2015)
– Protejamos a los denunciantes y alertadores (El buzón de Xnet. El Confidencial, 12.11.2015)
– ¿Por qué me vigilan, si no soy nadie? (Marta Peirano, TEDxMadrid)
– Seguridad de la Información para Periodistas (por Silkie Carlo y Arjen Kamphuis. Texto en fase de revisión)
– Internet adopta el código 451 para advertir que se ha bloqueado el acceso a una página por censura (Gonzalo Garteiz. La Celosía, 30.12.2015)
– ¿Quién controla al Estado? (TNI, 29.12.2015)
– Un mundo de filtradores (El País Ideas, 29.11.2015)
– Petición en Change.org: Por una normativa que proteja a los que denuncian la corrupción política (Pablo Herreros en Change.org)
– Los Verdes presentarán la semana próxima un proyecto de ley que protege a los delatores de malas prácticas empresariales y administrativas (Gonzalo Garteiz. La Celosía, 27.04.2016)
– LuxLeaks: ¿Revelación de secretos o servicio público? (Joaquín Pi. eldiario.es, 15.05.2016)
– ¿Por qué es importante proteger a los informantes? (Wolfang Kaleck. eldiario.es, 2.07.2016)
– Ser ‘whistleblower’ en Europa: condenado por denunciar delitos (Alexandre Mato. Contexto, 30.11.2016)
– Arguments for horizontal legislative action to ensure even and effective protection for whistleblowers in the EU (Greens EFA/ Position Paper in the context of the European Commission Public Consultation on Whistleblower Protection)
– Espionaje y tecnología para identificar activistas (Natalia Brezina. Política Comunicada)
Gracias Antoni por la mención y por haber participado en la publicación. Ha sido un placer y un honor para mí colaborar contigo.
Un abrazo