Veinte años

En estos últimos veinte años, hemos pasado de la sorpresa a la sospecha. En el 2004, la sorpresa fue el pásalo y vimos cómo la comunicación bilateral de nuestros SMS se transformaba en una poderosa comunicación colectiva y comunitaria. Aún no existían las redes, pero muchas personas descubrimos la función enviar a todos de nuestros móviles. Aquel mensaje contribuyó a la derrota del PP y de Aznar por mentir —o por ocultar información con intereses electorales partidarios— sobre la tragedia de Atocha.

Cinco años después, llegó el empoderamiento ciudadano con el 15-M. De repente, manifestaciones en todas las capitales de provincia, un domingo, una semana antes de unas elecciones autonómicas y municipales, sin repercusión en ningún medio de comunicación, con muchos jóvenes en primera fila y Facebook como herramienta básica para las convocatorias. ¿De dónde han salido estos jóvenes?, se preguntaban directores de medios y presidentes de todo el arco parlamentario. Ahí descubrimos la capacidad de construir comunidades y redes con la ambiciosa y pretenciosa expresión de inteligencia o alquimia de las multitudes. Del pásalo a podemos.

En el 2015, empezamos a sospechar, con cierto escepticismo, que, si era gratis, significaba que el precio éramos nosotros, con nuestra información. Cinco años después, se evidencia el dominio del algoritmo y los intereses que están detrás de estas tecnologías y las empresas propietarias. Veinte años avanzando por el camino de la tecnopolítica, donde hemos pasado por fases de relación con esta muy diferentes. Y, a pesar de todas las limitaciones que nos hacen pasar de la sorpresa liberadora a la certeza dominadora, reivindico la tecnopolítica como una oportunidad para renovar la política y para que la ciudadanía se empodere y sea capaz de fiscalizar, monitorear, intervenir, proponer, crear agenda pública y debate político.

Quizá, el tránsito desde la ingenuidad de la sorpresa y la fascinación del empoderamiento, llegando a la madurez del escepticismo y la sospecha, hasta la confirmación de tantas convicciones sea una lección de vida y una historia intensísima de la política y su relación con la tecnología. Han sido dos décadas que lo han cambiado todo, aunque siento que no es nada comparado con lo que viene. La historia se acelera.

Publicado en: La Vanguardia (20.10.2022)
Fotografía: Mykola Makhlai para Unsplash

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1 COMENTARIO

  1. Cuando es gratis el precio eres tú. …. Para escribir en la puerta de Delfos junto al «conócete a ti mismo»

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