Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2024, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.
Por primera vez en casi 70 años, las elecciones presidenciales de EEUU volverán a ser una cuestión de revancha. En 1956, el demócrata Adlai Stevenson consiguió la nominación de su partido para enfrentar al presidente republicano Dwight Eisenhower, que cuatro años antes le había ganado la carrera por la Casa Blanca. La jugada no le salió bien al contendiente, que volvió a caer derrotado y por una diferencia aún mayor a la de 1952.
El republicano Donald Trump aspira a que el final de la historia sea diferente el próximo 5 de noviembre, cuando se enfrente otra vez al presidente demócrata Joe Biden. El pasado 12 de marzo ambos superaron la cifra de delegados necesaria para atar las nominaciones de sus respectivos partidos, por lo que el nuevo enfrentamiento ya es oficial.
La elección es histórica, no solo por la revancha. También es la primera vez en más de un siglo que los estadounidenses podrán elegir entre dos políticos que han sido inquilinos de la Casa Blanca. La última vez que ocurrió fue en 1912, cuando el vigésimo sexto presidente y candidato del Partido Progresista, Theodore Roosevelt, se enfrentó al vigésimo séptimo presidente y candidato de los republicanos, William Taft. Curiosamente, los dos perdieron en unos comicios que se terminó llevando el aspirante demócrata, Woodrow Wilson.
También es histórico el completo dominio que Biden y Trump han tenido de sus rivales en los procesos internos de elección de candidatos. Ambos han acumulado más del 70% de los votos. El demócrata suma hasta ahora el 86,2% y el republicano el 72,8%. Desde que se organizan primarias hace más de 100 años, nunca en un mismo año dos aspirantes de los partidos principales habían concentrado tanto apoyo.
Esto ha hecho que, faltando 244 días para las elecciones, ya se conozcan los nombres definitivos de los candidatos, uno de los mayores plazos de la historia. En las últimas décadas, solo en el 2000 se vio algo similar, cuando 243 días antes de los comicios se supo que se enfrentarían el demócrata Al Gore y el republicano George Bush. En esas internas, el primero había sumado el 75,8% de los votos contra el 62% de su rival.
Finalmente, hay otro dato histórico que es más predecible, debido a que el tema de la salud de Biden ha ocupado buena parte de los titulares en los últimos meses: ambos candidatos son los de mayor edad en la historia.
Lo que viene
Definido el proceso de primarias, los candidatos ya han comenzado a protagonizar lo que será una larga campaña electoral. Tras su discurso sobre el estado de la Unión el jueves pasado, Biden inició una gira por estados clave para mantener la imagen de fuerza y vigor que mostró en la alocución ante el Congreso. Incluyó paradas en Pennsylvania, Georgia, New Hampshire, Wisconsin y Michigan, todos estados clave para sus aspiraciones.
Trump, por su parte, tendrá que repartir su tiempo entre los eventos de campaña y las citaciones en juzgados por los distintos procesos judiciales que tiene en marcha.
La Convención Nacional Republicana, en la que Trump y su candidato a vicepresidente serán nombrados oficialmente, será del 15 al 18 de julio en Milwaukee, Wisconsin, uno de los estados que definirá la elección. Por su parte, la Convención Nacional Demócrata tendrá lugar del 19 al 22 de agosto en Chicago, Illinois.
La campaña contemplará tres debates presidenciales: el 16 de septiembre en Texas, el 1 de octubre en Virginia y el 9 de octubre en Utah. El debate entre candidatos a vicepresidente será el 25 de septiembre en Pennsylvania.
Está todo listo para la revancha y, faltando más de 7 meses para la votación, se espera que la carrera sea una larga maratón que pondrá a prueba la resistencia de ambos aspirantes. El objetivo de Trump será correr mejor que Adlai Stevenson en 1956.
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Ilustración realizada con IA