Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2024, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.
Trump reinventa los mítines
Rockstar, maestro de ceremonias, polemista y pastor, los roles que interpreta el cada vez más versátil Donald Trump en su nueva y multifacética campaña.
El candidato fluye en estos cuatro registros con destreza. Sus renovados mítines están diseñados para brindar una experiencia emocional intensa a su base de seguidores, fomentar un fuerte sentido de pertenencia y atraer nuevos partidarios. Y Trump cumple.
Estos festivales, que duran todo el día, cuentan con animadores cuyo objetivo es mantener elevada la energía y temperatura del público presente, hasta que llega el candidato.
Utilizando un repertorio de temas que alimentan la estrategia de polarización de la campaña, se suceden argumentos sobre los costos de la inmigración, las elecciones robadas, el fraude electoral y las supuestas conspiraciones contra el candidato: un catálogo perfecto para infundir miedo entre los asistentes y situarlos en una posición beligerante, desconfiada y defensiva.
Como en The Apprentice (2004-2017), el reality show protagonizado por Trump que arrasó en los Estados Unidos y le terminó de catapultar a la fama en todo el país, los animadores narran la llegada del candidato como si fuera un luchador que camina hacia el ring, desde su partida en avión hasta su aterrizaje y traslado al evento. En este caso, el magnate no oficia de juez y verdugo de los concursantes que desean operar sus empresas, sino de actor principal de su propia campaña electoral, con ambición de gran espectáculo.
Durante los eventos, también se destacan figuras como la del Tío Jam, un superfanático que entretiene a la multitud, o la de los pastores que bendicen la campaña y al candidato, creando momentos de intensa conexión emocional:
– Pastor: Le pido, padre, que bendiga al presidente Donald Trump.
– Multitud: ¡Amén!
El clímax del evento llega con Trump y el despliegue de su impactante estrategia narrativa: comienza con una ametralladora de mensajes que, sencillos y efectivos, unen y polarizan al mismo tiempo, continúa con la oratoria de un pastor en una sesión religiosa y culmina con un intercambio de promesas de lealtad y protección con el público. La multitud, convencida de su compromiso mutuo, se muestra dispuesta a soportar adversidades por él, creyendo que él hace lo mismo por ellos.
Los mítines también sirven para recopilar y analizar datos de los asistentes, con el objetivo de convertirlos en votos. Los participantes se registran proporcionando datos personales a cambio de un mensaje de texto que utilizan como boleto. Posteriormente, son inundados de mensajes de texto, incluyendo solicitudes de fondos para la campaña.
Otro objetivo de estos mítines es atraer cobertura gratuita de los medios locales y nacionales, reclutar voluntarios y lograr que políticos y líderes locales amplifiquen el mensaje de Trump. Con la campaña en pleno auge, las fiestas se multiplican en los estados clave.
Cuando el telón baja, el equipo de Trump analiza qué funcionó y qué puede mejorarse para la próxima ocasión. En definitiva, una maquinaria profesionalizada y perfecta para ir detrás de los votos que necesita.
(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2024)
Fotografía: Gerd Altmann en Pixabay
