Resumen semanal de la actualidad asociada a las ELECCIONES USA 2024.
Lo nuevo
Trump se ha salido con la suya. No porque la mayoría de analistas coincidan en que es el ganador del debate. POLITICO, New York Times, etc. todos concluyen que Biden perdió (mucho más de lo que Trump ganó). Incluso Kamala Harris lo reconoció (implícitamente) en una entrevista posterior, afirmando que no había que valorar lo que el presidente había hecho en la última hora y media, sino en los últimos tres años y medio.
Pero el gran logro de Trump no está en su actuación. De hecho, se le vio dudar, se le tuvo que preguntar hasta tres veces si aceptará el resultado electoral (a lo que respondió que vagamente) y mintió multitud de veces. Pero logró un objetivo paradójico: no ser el protagonista del debate.
Trump llegaba al debate en horas bajas: Biden recuperaba terreno en las encuestas, se le acaba de condenar por 34 delitos. En definitiva, los demócratas parecían estar logrando que la pregunta de la elección fuera si un felón puede ocupar el cargo más importante del mundo (o eso dicen los norteamericanos).
En el debate solo tuvo que aprovechar el desliz más grosero de Biden para lograr el hit de la noche: «No sé qué acaba de decir y creo que él tampoco» soltó tras una frase de Biden ciertamente poco comprensible.
Y con eso bastó. Tras noventa minutos de agonía para los demócratas, que les ha llevado a valorar y pedir (incluso en público) que Biden dé un paso al lado y emerja un nuevo candidato, la pregunta de la elección mutó y pasó a ser si Biden está demasiado mayor para ser presidente o no. Algo que Trump perseguía desde hace meses.
El dato
La CNN realizó una encuesta entre los espectadores al acabar el debate. La mayoría coincide en que Trump superó a Biden. Según los resultados, el 67% de los espectadores del debate dijeron que Trump tuvo un mejor desempeño, comparado con el 33% que defendía al actual presidente.
El dato más relevante, para el relato posterior al debate, es que el 57% de los espectadores no tiene confianza en la capacidad de Biden para liderar el país. Pero es una cifra similar al 55% previo al debate. Por otro lado, el 44% no tiene confianza en Trump, menos que el 47% anterior. Así que, paradójicamente, parecería que Trump perdió más capital político que Biden, aunque son solo datos y demasiado recientes. La opinión puede cambiar con el transcurso de las semanas.
Sí, pero. El 81% de los votantes que vieron el debate dicen que no tuvo efecto en su elección de presidente. El 14% reconsideró su elección, pero no cambió de opinión, y solo el 5% cambió de opinión sobre a quién votar. Estos resultados reflejan las opiniones de los votantes que vieron el debate y no son representativos del público votante en general. Sobre todo de aquellos que solo se informarán por clips virales o la conversación en redes sociales posterior. Una conversación que ahora mismo parece girar en torno a los lapsus de Biden.
La anécdota
Trump sale victorioso del debate, pero no las tenía todas consigo. Por eso, en los actos previos, armó un relato preventivo. Que no había que subestimarlo, decía, lo que acompañó con sus acusaciones (abiertas o encubiertas) de que Biden es un robot.
Incluso llegó a decir que si estaba lúcido (como lo estuvo en el State of The Union) sería porque iba drogado. Tanto insistió en ello que llegó a pedir públicamente que tanto él como Biden se sometieran a un test de control de drogas.
Al final no fue necesario, pero pasará a la historia como uno de los momentos más surrealista de las campañas electorales norteamericanas. Una más con Trump (y Biden) de protagonista.
(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2024)
Fotografía: White House – Pexels