InicioComunicaciónComPolRumbo a la Casa Blanca (resumen semanal): Trump y el voto racializado

Rumbo a la Casa Blanca (resumen semanal): Trump y el voto racializado

MARTÍ SÁEZ

Resumen semanal de la actualidad asociada a las ELECCIONES USA 2024.

Un (no tan nuevo) dato clave
Donald Trump ha intensificado su estrategia de campaña para las elecciones presidenciales de 2024 centrando su discurso en la inmigración y la seguridad fronteriza. En un claro esfuerzo por movilizar a su base conservadora, Trump ha reiterado promesas de mano dura contra la inmigración, con especial énfasis en limitar la entrada de migrantes procedentes de países musulmanes y de América Latina. Según The Economist, está preparando una nueva ofensiva que no solo busca reforzar las políticas existentes, sino también introducir nuevas restricciones que posicionen a los inmigrantes como una amenaza para la seguridad y la estabilidad económica de los Estados Unidos. Su retórica, que combina miedo y protección de la «identidad americana», tiene como objetivo reforzar su imagen de líder fuerte y defensor de la nación frente a lo que describe como el «caos migratorio» causado por las políticas demócratas. Un movimiento que ha tenido un resultado inesperado. Se trata del dato que ha hecho saltar las alarmas en los últimos días a los analistas: el (relativo) éxito que Trump está teniendo con los votantes afroamericanos, en particular con los hombres.
Aunque históricamente este bloque ha sido un firme aliado del Partido Demócrata, la campaña de Trump ha logrado erosionar parcialmente ese apoyo. Según Politico, ello se debe a que su equipo está enfocando parte de su estrategia en estados como Georgia, donde ha tenido cierto éxito al convencer a algunos votantes afroamericanos de que las políticas económicas de Biden y Harris han sido perjudiciales para ellos. Trump ha utilizado en estos estados un discurso centrado en la economía, presentándose como el candidato capaz de revertir la inflación, crear empleos y reducir impuestos, elementos que están calando en un segmento de votantes que se sienten desilusionados con los demócratas. Aunque este apoyo sigue siendo minoritario, su campaña sabe que cualquier aumento, por pequeño que sea, puede ser decisivo en un escenario electoral tan ajustado.

Puede parecer que el apoyo a los demócratas es muy mayoritario y que cueste de entender la relevancia del dato, pero en unas elecciones que se prevén tan ajustadas, un puñado de votantes decidirá el ganador. La clave, estratégicamente, está en encontrarlos.

Según los datos del New York Times y Sienna College, la caída del apoyo de los afroamericanos a los demócratas radica en la desconfianza en sus capacidades. Como vemos, confían en su criterio para diagnosticar los problemas, pero no en su capacidad de solucionarlos.
Este fenómeno demuestra la habilidad de la campaña de Trump para adaptar su mensaje a diferentes grupos demográficos, aprovechando las frustraciones económicas y las desigualdades percibidas bajo la administración Biden. Es un cambio de estrategia respecto a campañas anteriores, donde el enfoque racial y divisivo era más explícito. Ahora, Trump busca un enfoque más económico para ampliar su base sin perder su núcleo duro, al que ya ha logrado movilizar (y fanatizar) con la épica de su superación ante disparos y juicios.

La anécdota
En el lado demócrata, parece que los nervios podrían haber llegado a la campaña de Kamala Harris en Pensilvania, que ha vivido algunas tensiones internas y desacuerdos estratégicos. Algo que les complica su camino en este estado clave. Politico ha reportado que, mientras algunos miembros de su equipo insisten en una campaña más agresiva que desafíe directamente a Trump, otros abogan por un enfoque más moderado que evite alienar a los votantes indecisos. Este debate interno refleja una división más amplia dentro del Partido Demócrata sobre cómo enfrentarse a una campaña de Trump que domina el debate mediático con su estilo combativo y su capacidad para movilizar a las bases más extremas.

Harris, por su parte, ha intentado encontrar un equilibrio entre destacar los logros de la administración Biden y proyectar su propio liderazgo. Sin embargo, las tensiones en su equipo han dificultado la coherencia del mensaje, especialmente en un estado como Pensilvania, donde los votantes independientes y moderados juegan un papel crucial. A nivel comunicativo, el reto para Harris es doble: por un lado, debe mantener el apoyo de los votantes progresistas; por otro, necesita atraer a los indecisos que podrían estar considerando la opción de no votar o inclinarse por el lado republicano. El desenlace de esta pugna interna podría ser determinante para el resultado en este estado tan competido y para elegir al próximo inquilino de la Casa Blanca.

(Más recursos e información en ELECCIONES USA 2024)
Fotografía: White House – Pexels

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