Este artículo forma parte de la serie de contenidos del espacio ELECCIONES USA 2024, donde irán escribiendo distintas firmas invitadas.
En las últimas semanas, la cadena Univision organizó dos foros tipo town hall donde participaron Kamala Harris y Donald Trump (en ese orden), respondiendo a preguntas de la comunidad hispana. Vale la pena destacar que, si bien el voto latino históricamente ha sido demócrata, para esta contienda sigue siendo más favorable a Harris, aunque con matices. Además de los temas tradicionales como la economía y la migración, Trump mismo se ha convertido en un tema de conversación. De acuerdo con el Pew Research Institute, un 70% de quienes votarían por Trump lo harían porque le apoyan. En contraste, un 54% de los votantes de Harris votarían por ella pero, más que por apoyarla, por evitar un segundo mandato del republicano.
Aunque ambos candidatos recurrieron a la descalificación en sus respectivas intervenciones, en algunos momentos Harris pareció enfocarse más en criticar lo que Trump dejó de hacer, en lugar de ofrecer respuestas concretas y detalladas a los espectadores. A pesar de esto, los analistas concluyeron que su manejo de la audiencia, en términos de cercanía y empatía, fue notablemente mejor que el del candidato republicano, lo cual podría mejorar su valoración entre este público. Un ejemplo fue este momento emotivo con una de las asistentes, en el contexto de la discusión sobre los Dreamers, donde hubo incluso un vínculo personal entre la historia de vida de Harris y la de la audiencia.
El enfoque de Trump, en cambio, fue muy distinto. Dirigió la mayoría de sus intervenciones hacia la economía, el tema más importante para los republicanos y el tercero más relevante para los demócratas. El expresidente aprovechó la buena percepción que existe sobre su gestión económica, al mismo tiempo que continuó con sus críticas a Biden y Harris. Un aspecto importante es que, aunque Trump evitó hablar sobre las deportaciones masivas y dejó de lado su característico lenguaje hostil hacia los migrantes, desde el público se le cuestionó sobre estos temas, particularmente sobre sus declaraciones sobre Springfield, Ohio y la deportación de agricultores indocumentados. En ambos casos, se mostró visiblemente molesto y ofreció respuestas poco claras.
Si bien el voto latino por sí mismo no es determinante para la elección, en una contienda tan cerrada, cada voto y cada segmento cuenta. Una encuesta del New York Times puede dar una pista de por qué los republicanos están teniendo mayor éxito entre los hispanos. De acuerdo con la información, el 67% de los hispanos nacidos en Estados Unidos no sienten que Trump se refiera directamente a ellos cuando hace comentarios sobre los inmigrantes; incluso, el 51% de los nacidos fuera de EE. UU. tampoco se sienten identificados con esas alegaciones. Es decir, aunque reconocen su origen latino, el haber nacido en EE. UU. o ya contar con documentos que los acrediten como ciudadanos estadounidenses hace que dejen de identificarse como inmigrantes.
¿Y qué puede hacer Harris? La misma encuesta indica que su principal perfil de votantes latinos está compuesto por mujeres (62%), personas mayores de 45 años (60%) y quienes tienen estudios universitarios (62%), aunque también tiene buen apoyo entre quienes no cuentan con ese grado académico (54%).
Y mientras todo esto ocurre, desde el otro lado del Río Bravo, y conscientes de que cada movimiento de la contienda podría ser determinante, México y su nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, observan.
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