Publicado en: NY Al Día (Artículo 17, 23.11.2009)
El estado de Nueva York ha iniciado una campaña educativa con miras al censo que tendrá lugar la primavera de 2010, con la creación, por orden ejecutiva del gobernador David Paterson, del «Comité del Conteo Completo para el Censo 2010» que, además, trabajará para aumentar al máximo la participación de los neoyorquinos. El Comité está presidido por la secretaria de Estado, Lorraine Cortés-Vázquez, e integrado por los jefes de todas las agencias y autoridades estatales.
El censo es clave, como paso imprescindible para el ejercicio de los derechos democráticos individuales, pero también para la asignación del peso político de cada Estado. Los números de población de cada estado establecen nuevos límites de los distritos electorales que representarán a las comunidades en el Congreso, el Legislativo estatal y el gobierno local. De ahí la gran importancia del recuento.
Además, el gobierno de EEUU utiliza el Censo para asignar más de 400.000 millones de dólares en fondos federales anuales para programas y servicios comunitarios como educación (por ejemplo la construcción de escuelas o bibliotecas), vivienda y desarrollo comunitario, salud, transporte (por ejemplo carreteras), la ubicación de la policía y departamentos de bomberos, entre muchos otros ejemplos.
Eso significa que con la previsión de más de doscientos mil neoyorquinos que no están en el censo, según ha reconocido el gobernador David Paterson, se han perdido millones de dólares en ayudas que deberían haber llegado a toda la ciudad y a toda su población. Por cada neoyorquino censado, el gobierno estadounidense otorgó a Nueva York unos 2.000 dólares por persona y año, o sea que las pérdidas los últimos 10 años han sido de 4.000.000.000 dólares.
Además, a través de la red, el senado de New York ha creado una página web desde donde coordinar todos los esfuerzos y donde informarse. La web, http://census2010.ny.gov/, así como la campaña «Count me in!», en http://www.nysenate.gov/census intenta aglutinar el máximo de personas informadas y hacer entender la importancia para la ciudad, para su futuro y para el futuro de todos de que se sepa cuantos somos. También tiene respuestas para cualquier pregunta que se tenga sobre el censo y sobre la protección de los datos que se muestran en él.
Desde siempre, son los inmigrantes y la población de las minorías los que menos participan en el censo, lo que no da una imagen real de la población neoyorquina, priva a estas comunidades de los beneficios que deberían y podrían recibir y reduce su peso político específico en el conjunto de la vida pública. Ha llegado el momento de ser contado, para ser decisivo y respetado.