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La «trampa» Palin

Publicado en: Revista Marie Claire (10.09.2008)

Barack Obama ha mordido el cebo. Y, de momento, está enganchado al anzuelo. La sorpresa de la designación de Sarah Palin, justo encima del cierre de la Convención Demócrata, y su posterior nominación como candidata a la vicepresidencia haciendo ticket con John McCain, han dado la vuelta a las expectativas electorales de ambos candidatos.

Obama eligió un vicepresidente, Joe Biden, para gobernar. McCain eligió una vicepresidenta para intentar ganar, primero, las elecciones. Ese es el orden lógico. Y la apuesta parece que ha dado, hasta ahora,  resultado. Por primera vez, y según la última encuesta de Gallup, el republicano supera el 50% en intención de voto y es preferido, claramente, respecto a su oponente. El éxito mediático del discurso de Obama, ante 75.000 personas, coincidiendo con el 45 aniversario del histórico discurso de Martin Luther King «Yo tengo un sueño» en los escalones del monumento a Lincoln en Washington D.C, se ha visto casi igualado por el discurso de Sarah Palin e incluso superado por McCain.

Las bases demócratas y la mayoría de los activistas digitales y opinadores progresistas se frotaban las manos ante el botín electoral que creían obtener por el error de McCain de proponer una candidata con tantos puntos débiles. ¡Vaya petulancia en el análisis, vaya soberbia en el diagnóstico!

Las primeras reacciones han sido torpes, a caballo de un machismo mal disimulado y un exceso de confianza ideológica. Pero con ellas han ayudado a engrandecer el fenómeno Sarah y el efecto Palin. Las críticas a su inexperiencia, a su vida familiar y a su estilo vital han fortalecido, justo al revés de lo que se pretendía, su candidatura. La vanidad, de momento, les ha jugado una mala pasada a los asesores de Obama. Pero todavía hay tiempo. Queda muchísimo…, quedando ya tan sólo menos de 60 días.

Los estrategas de Obama parece que han descubierto lo que se advertía hace tiempo. Los electores escogen por su identidad. Y Sarah ofrece una identidad capaz de cohesionar al núcleo duro del electorado republicano que todavía recela de las veleidades centristas y liberales (en el término anglosajón) de McCain. No es necesario que «sepa nada», sólo tiene que «ser como es», esa es la apuesta que Karl Rove, entre otros, ha diseñado. Además ha demostrado una gran fortaleza mental y una personalidad arrolladora que contrasta con el aire a veces melancólico, casi hipocondríaco de Obama. La diferencia entre una «hockey mom» y un pitbull es una barra de labios, ha dicho Palin sin complejos. Sarah representa el ala dura, dejando el espacio interpartidario y un estilo más ecléctico (patriótico, unitario) a McCain que puede presentarse como mucho más centrado. Sarah guarda la portería y las espaldas.

Todavía no sabemos si el pasado deparará más sorpresas que puedan afectar la candidatura. Curiosamente, mientras el candidato demócrata parece huir del suyo, McCain  destaca su pasado con orgullo.

El hombre que no puede ponerse solo la chaqueta (como consecuencia de la limitación de movimientos a causa de las lesiones irreparables que la tortura le produjo); el hombre que tiene 72 años, veinte más que su rival, está desplegando una actividad física sorprendente… y orientada hacia los targets decisivos. La virtual nominación del candidato republicano se produjo bastantes semanas antes de que se dilucidara el duelo fraticida entre Obama y Clinton. Durante ese tiempo, McCain ha tenido más tiempo que su rival y ha hecho los deberes, visitando los estados clave, aquellos en los que se deciden las elecciones. Veamos los estados decisivos de oeste a este, entre paréntesis los votos electorales de cada estado y el número de viajes de cada candidato:

Nevada (5)         Obama 2 – McCain 6
Colorado (9)       Obama 2 – McCain 6
New Mexico (5)   Obama 3 – McCain 3
Michigan (17)     Obama 7 – McCain 7
Ohio (20)          Obama 9 – McCain 20
Pensilvania (21)  Obama 2 – McCain 21
Virginia (13)       Obama 8 – McCain 6
N. Carolina (15)  Obama 3 – McCain 3
Florida (27)        Obama 5 – McCain 18

McCain sabe a lo que juega: a ganar donde hay dudas e indecisos. No pretende ser amado (aclamado, deseado, admirado) por sus ciudadanos, sólo quiere ganar allí donde se decide la Presidencia.
Hay partido. Está igualado. Se decidirá en el último minuto. Los detalles serán claves. Los errores propios serán más importantes que los aciertos. Y las estrategias del final de campaña serán las definitivas. Vaya final de infarto.

Artículos de interés:
Muñecos «for president»McCAin hunde a McCain (Carlos Mendo)
Fuente:
El País (24.10.2008)

(Carlos Mendo)Fuente: (24.10.2008)Enlaces de interés:
Mujer no vota a mujer
Fuente: e-thepeople (Rafael Rubio)

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