Publicado en: El Periódico 22.11.2007 (versión pdf en castellano) (versió pdf en català)
Montilla le ganó la partida al morbo. No levanta pasiones, pero cada vez convence más. Recuerda las virtudes morales de la fábula de Esopo sobre la tortuga y la liebre. Ésta, confiada y orgullosa, se echó una siesta y al despertar vió a la tortuga, constante y tenaz, cruzar la meta. Montilla, así, puede conseguir resultados: pasito a pasito.
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