Durante el fin de semana del 25 y 26 de enero se ha celebrado el esperado maratón-hacker sobre el Parlamento Europeo, en pleno corazón bruselense. Auspiciados por una organización sobre transparencia, Citizens for Europe, unos 40 participantes venidos de una decena de países han decorticado la información que libera la eurocámara. La transparencia entendida ya no sólo como disponibilidad y accesibilidad radical de la información, sino como digestión visual, lingüística, infografica y política de los datos.
A la espera de las conclusiones finales, algunas pinceladas dejan entrever la creatividad que ofrece el simple acceso a la ‘raw data’. Por ejemplo, conseguir mostrar en un simple gráfico el poder blando de Polonia cuando sus eurodiputados votan en bloque. Es el país, analizado en su conjunto, que más incide en los votos cruciales. Tal vez una de las mejores formas de visualizar aquello de ‘Polonia es en Europa la España de ayer’.
Aunque el trabajo que probablemente tendrá mayor potencial después del evento (que se puede seguir aquí #hackep) es la digitalización de todas las declaraciones de intereses de los eurodiputados (actualmente la inmensa mayoría de dichas declaraciones están en PDFs o words escaneados). Un trabajo titánico en 48 horas (hay más de 760 eurodiputados), pero que permitirá a la larga algo tan fundamental como saber por ejemplo qué porcentaje de la cámara ha ocupado cargos en asociaciones o empresas que están en el registro de transparencia del Parlamento Europeo (la plataforma que lista los grupos de interés, lobbyings, ONGs, asociaciones, etc…).
Hacer campaña también es cogerse un tren y encerrarse durante dos días, sin ánimo de lucro, para mejorar la comprensión de la información que tantas y tantas instituciones batallan para que tengamos disponible. Un ejemplo más del potencial del big data, y un pequeño recuerdo que con la información no basta. Hay que trabajarla.
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